Pedro Sañudo Barasa
En la historia reciente de esta ciudad, son muchos los Sañudo que han
ayudado al florecimiento de Torrelavega. Quiero destacar al comerciante
Santiago Sañudo Cobo (1809-1903); al abogado y alcalde, Santiago Sañudo Cano (1863-1908) y al médico y
cirujano, José Sañudo Cano (1854-1920).
Pero, sobre todo en el siglo XIX y siguiente, este apellido, pasiego por los
cuatro costados, ha estado ligado a un gremio muy importante, el del calzado.
Algunos ya los conocemos, los investigamos hace tiempo y aparecen en algunos de
mis libros y, resumidos, en mi blog Torrelavega Antigua. Pero otros no.
En el esclarecedor trabajo del historiador
José Ortiz Sal sobre la industria del calzado en Torrelavega, podemos confirmar
que fueron los hermanos Pedro y Juan Bautista Sañudo Abascal los pioneros de
este gremio, “pero esta afirmación debe de ser matizada y en cierto modo
corregida. En la década de 1880 convivió con ellos Manuel Martínez Ruiz”. Conocemos bien a muchos
Sañudos con fábricas de zapatillas y alpargatas, pero de otros,
todavía sabemos muy poco. En esta ocasión aportamos la historia familiar de un
industrial con fábrica de zapatillas “La Solidez”, y, que más adelante, será,
propietario del “Salón Olimpia”, nos estamos refiriendo a Pedro Sañudo Barasa.
Los
hermanos Sañudo Abascal, Juan Bautista Sañudo Abascal
(1847-1914) y Pedro Sañudo Abascal (1829-1903), tuvieron la
primera fábrica de zapatillas en un viejo caserón entre las calles Mártires y
La Paz. Allí estuvieron desde 1888 a 1894 aproximadamente. Eran hijos de
pasiegos que llegaron a Torrelavega y se instalaron abriendo una tienda de
ropas y telas. Después de estos años en que trabajaron juntos, se separan y
cada uno sigue su camino. Pedro Sañudo Abascal construye su nueva fábrica en
1894 cuando ya contaba con 64 años, en una finca situada en lo que es hoy la
calle José María Pereda esquina a la de Pablo Garnica. El maestro de obras
Pablo Piqué y Camí(1848-1918)
construye un edificio de dos plantas que albergará la fábrica, la vivienda y
las oficinas.
Fábrica de zapatillas
de Pedro Sañudo Abascal
A la muerte en 1903 de Pedro Sañudo Abascal son sus dos
hijos, Santiago y Enrique, los que heredan el negocio, aunque bien es verdad
que Santiago, el mayor de los hermanos, no le dedicará mucha atención porque
estudia y se licencia en Derecho por la Universidad Central de Madrid. Muere
joven, cinco años después que su padre. Por lo tanto, es su hermano Enrique
Sañudo Cano (1857-1909) el que se hace cargo del negocio, una fábrica de
“zapatillas de invierno y alpargatas de suela” en el número 57 de la calle
Comercio de Torrelavega.
Tampoco
estará mucho tiempo al mando de la fábrica, con dos marcas de prestigio “La
Solidez” y “la Estrella Solar”, porque fallece en 1909 a los 51 años y es su
mujer Margarita Barasa la que se hace cargo de la fábrica de zapatillas. Más
adelante, el negocio de zapatillas será gestionado por su hijo Pedro Sañudo
Barasa, es la tercera generación, hasta su cierre en 1925, después de un
pavoroso incendio, que como veremos más adelante, destruye completamente la
fábrica y la vivienda.
Después
de este hecho, Pedro Sañudo Barasa trasformará la fábrica en un salón de recreo,
“El Olimpia”. “Fue inaugurado en 1927 y durante una década acogió todo tipo de
actos sociales: reuniones, bailes, mítines políticos, cine, conciertos,
partidos de tenis, veladas de boxeo, peleas de gallos y demás acontecimientos”.
Pedro Sañudo Barasa fue un destacado miembro de los
republicanos-socialistas de la época y por ello, pensamos, que fue por lo que
“El Olimpia” fue incautado en la guerra incivil española por las tropas
sublevadas. Más adelante, recuperará su propiedad su mujer, María del Carmen
Manso Fernández de la Reguera, recibiendo por los daños ocasionados durante el
tiempo en que fue prisión de mujeres, una insignificante
indemnización de 17.500 pesetas de las de 1946. La carta va dirigida a María
del Carmen Manso Fernández que todavía vivía en el número 59 de la calle José
María Pereda de Torrelavega.
Nuestro biografiado era nieto de Pedro Sañudo natural de
Santa María de Cayón, y de Liberata Cano nacida en Vega de Pas, todos ya
conocidos. En cambio, por línea materna, sus abuelos eran menos conocidos. Era nieto de Antonio Barasa natural de Quassolo, Turín,
Italia y Sebastiana Sánchez nacida en Salvatierra, Zaragoza. Los Barasa
vinieron de Turín, Italia. Allí, en Quassolo, nació, en el siglo XVIII, Bernabé
Barasa que se casa con Margarita Barasa con la que tuvo como hijo a Antonio
Barasa Barasa (1834-1899) que se traslada a vivir a España. Aquí se casa con
Sebastiana Sánchez Lorente (1841-1896) que era hija de Francisco Sánchez y de
Pascuala Lorente, naturales de Salvatierra en Zaragoza, con la que tiene cuatro
hijas llamadas Margarita, Pascuala, Carmen y Ana.
Los
padres de nuestro investigado, Enrique Sañudo Cano y Margarita Barasa Sánchez
(1865-1929), se casan el día 5 del mes de abril
de 1881 en el Convento de Nuestra Señora de Las Caldas. Los contrayentes, Enrique
Sañudo Cano de 32 años de edad, soltero, bautizado en la iglesia de Vega de
Pas, domiciliado en esta villa de Torrelavega y Margarita Barasa Sánchez,
soltera, bautizadas en Pujayo, y también domiciliada en la misma Torrelavega.
Curiosamente no comulgaron en esta ceremonia por haberlo hecho “en el mismo día
en la parroquia
a que pertenecen”, recibiendo las bendiciones nupciales.
Margarita Sañudo Barasa
Tuvo el
matrimonio entre Enrique y Margarita, siete hijos. Tres niñas, Margarita,
María Luisa y María
del Pilar y cuatro
niños más, Eduardo,
Julio,
Luis
y Pedro, nuestro biografiado.
El padre de nuestro
biografiado, Enrique Sañudo, falleció pronto, como ya hemos dicho, a los
51 años de edad, el 21 de julio de 1909, dejando viuda a Margarita Barasa
Sánchez, y en ese momento seis hijos: Margarita, Eduardo, Julio, María Luisa,
Pilar y Pedro. Su mujer fallecerá en Torrelavega veinte años después
que su marido, el 10 de octubre de 1929, cuando contaba con 63 años. Sus
cuerpos reposan en el cementerio de Geloria.
Eduardo y Pedro
Sañudo Barasa
PEDRO SAÑUDO BARASA
(1893-1965)
A diferencia de todos sus hermanos que nacen en Torrelavega, Pedro
Sañudo Barasa no nace aquí, sino en Santander. Sus padres, Enrique y Margarita vivían
en el número 8 de la Calle Isabel II de la capital de la provincia. Pedro nació a las 5
de la tarde del día 27 de noviembre de 1893.
El día primero de diciembre de este mismo año fue bautizado en la
parroquia de San Francisco de Asís, siendo sus padrinos sus tíos, Antonio y
Carmen Barasa.
Con tan solo 15 años se queda
huérfano de padre y aunque su madre Margarita se hace con las riendas del
negocio de alpargatas, más pronto que tarde, el joven Pedro va cogiendo
responsabilidades.
Pedro pronto conoció a una apuesta señorita, María del Carmen Manso
Fernández de la Reguera, hija de dos personas muy influyentes, Alfonso Manso Ruiz, natural y vecino de Torrelavega y
Ricarda Fernández de la Reguera Mier, natural de Torrelavega. Alfonso Manso
Ruiz, padre de la mujer de Pedro Sañudo Barasa, vivió la mayor parte de su vida
en Torrelavega, y falleció en Madrid, dejando dos
hijos, Alfonso y a la citada María del Carmen. Está ultima, era nieta, por vía paterna, del abogado
Alfonso Manso de Bustillo y Ortiz de la Torre
(1833-1906) y María Ruiz Pueyo. Este señor que era
abogado fallecerá en Torrelavega, a los 73 años edad, el día 22 de noviembre de
1906. Tuvo este matrimonio dos hijos, José y Alfonso
Los
padres de María del Carmen, Alfonso y Ricarda, tenían una casa solariega en
Soto Iruz construida en el siglo XVII que perteneció a la familia Manso
Bustillo.
En
los años veinte del siglo pasado esta casa estuvo de mucha actualidad. ¡Un Goya
en Torrelavega!, decían. La noticia corrió como la pólvora por las tertulias de
aquella sociedad torrelaveguense de los años veinte. Se había descubierto un
óleo pintado por Francisco Goya. ¡Un Goya en Torrelavega! … pero exactamente no
fue así. El cuadro pertenecía a una familia muy ligada con Torrelavega y se
hallaba colgado en la casa solariega de Alfonso Manso, padre de María del
Carmen, en Soto Iruz. Aquella mansión “encierra verdaderas joyas artísticas,
cuadros de gran mérito, atribuidos dos de ellos a Rivera, uno a Rafael y este
que motiva nuestra información de Goya. Hay allí una biblioteca en la que se
encuentran libros rarísimos de excepcional merito, algunos incunables. Se
guardan entre otras joyas, un magnífico marco de oro y plata cincelados en el
que se halla colocado un óleo sobre bronce representando la Virgen de la Leche,
atribuida a Rafael”.
Ramón de Arce y Rebollar
El
lienzo de gran tamaño era un retrato del arzobispo de Zaragoza D. Ramón de Arce y Rebollar, pariente de los Manso y que
había nacido en Selaya en 1755. Arzobispo de Burgos, Inquisidor general de
España, arzobispo de Zaragoza, Patriarca de las Indias Occidentales, Vicario
general de los Ejércitos y arzobispo emérito de Zaragoza. También, Canónigo
lectoral en las Santas Iglesias de Segovia y Córdoba, ministro togado en el
Consejo de Hacienda, y de la Real Junta de Juras, consejero del Supremo de
Castilla.
El
periódico El Cantábrico apareció ese día con la noticia: “Descubrimiento
artístico. Un valioso cuadro de Goya”. El descubridor del lienzo fue el
dibujante Ricardo Marín que no dudo de la autoría de la pintura. El lienzo fue
llevado para su estudio a Madrid y Londres. “La autoría fue confirmada por las
más altas autoridades en materia artística. Entre estas autoridades figura el
director del Museo Nacional de Londres, que sin vacilar reconoció en el lienzo
las características de dibujo y colorido de Goya, y descubrió la firma debajo
de una de las manos del retratado. De la misma opinión fue el notable pintor
británico David Mory. La importantísima revista británica “The Pictoryal”, ha
obtenido en Londres fotografías de este notabilísimo lienzo para publicarlas”.
Pedro Sañudo y María
del Carmen Manso
Pedro y Carmen se casanunos días antes de las
navidades de 1915, concretamente el 20 de diciembre, en la iglesia parroquial
del Convento de El Soto en el pueblo de Iruz. La novia María del Carmen Manso tenía 21 años y el novio Pedro Sañudo,
uno más. Fueron sus testigos, ilustres vecinos de Torrelavega, Julián Urbina
alcalde la ciudad, el médico forense del mismo lugar, Pedro Revuelta y Juan
Bautista Ruiz Noval también “portugués”. Los novios y todos los asistentes a
tan fastuosa boda se desplazaron al Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo donde
degustaron un espléndido banquete.
Tenían costumbre la familia Manso de casarse en Iruz, en el Convento
de El Soto para después ofrecer a los invitados un banquete en el afamado Gran
Hotel Balneario de Puente Viesgo y así volvió a ocurrir dos años después. Era
1917 cuando Alfonso Manso, hermano de María del Carmen, se casa con su
prometida Dionisia Sánchez en el mismo lugar que lo habían hecho Pedro y su
prometida.
El viaje de novios de Pedro y María del Carmen lo recogen los periódicos de
la época. En La Atalaya correspondiente al día 16 de enero de 1916 podemos
leer: “Han regresado de su viaje de novios el joven y activo fabricante de
zapatillas Don Pedro Sañudo y la bellísima Doña María del Carmen Manso”.
Pedro y María del Carmen tuvieron cuatro hijas, María
de las Mercedes, María del Carmen, Margarita y María del Pilar.
La mayor, María de las Mercedes (n.1916) nació a las once de la
mañana del 27 de septiembre de 1916. Fue bautizada en la iglesia de Nuestra
Señora de la Asunción el día 7 del mes siguiente. Se casó en Madrid en la
Parroquia de San Justo, el 14 de septiembre de 1940, con el abogado Enrique
Ferrero Sánchez, con el que tuvo un solo hijo, Enrique.
Después vendrá María
del Carmen Sañudo Manso
(1918-2010) que nacióa
las dos y media de la mañana del día 31 de enero de 1918 en Torrelavega.
Dieciséis días después fue bautizada en la iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción actuando como testigos Florencio Ceruti, hijo, y Remigio García de la
Rasilla. Se
casó con el hijo de los maestros de
Barreda, Mariano Ruiz Saiz que había nacido en Geria, Valladolid, el 16 de
marzo de 1910. Estudió bachillerato en Torrelavega, donde sus padres eran
maestros los dos y desde 1915 directores de las Escuelas de niñas y niños de la
empresa belga Solvay de Barreda.
María del Carmen y Mariano, primeramente, se casaron por lo civil
en Valencia,
el 19 de agosto de 1937. Tres años después, el 29 de
junio de 1940, cuando ya vivían en México se casan por la iglesia en Ramos
Arizpe, Saltillo México. Tuvieron tres hijos, Luisa, Mariano y Carmen.
Mariano Ruiz Saiz (1910-1998), su marido, fue
Abogado, secretario de Administración Local y funcionario del Ministerio de
Trabajo. La familia se traslada a Madrid donde estudió la carrera de Derecho en
la Universidad Central. “Ingresó por oposición en el Ministerio de Trabajo y
Asistencia Social y en el Cuerpo de secretarios de Ayuntamientos. Fue director
por concurso de méritos del Orfanato de la Unión y del Colegio Nacional de
Ciegos Menores de Vista Alegre, Carabanchel. Durante la guerra incivil
perteneció al Cuerpo Jurídico Militar siendo relator del Tribunal Permanente
del ejército del Este y fiscal del XII y XXIV Cuerpos del ejército, terminando
la guerra con el grado de teniente coronel”.
Se exilaron en
Francia cruzando la frontera el 5 de febrero de 1939 siendo internado en el
campo de concentración de Argelès sur Mer, en el que permaneció una semana.
Después estuvo en Perpignan. Embarcó en el «Mexique» rumbo a México el 13 de
julio de ese año llegando a Veracruz catorce días después. Él tenía 29 años y
ella 21 según las “tarjetas como emigrantes exiliados”.
En 1940 se
estableció en Monterrey trabajando como representante comercial de la “Casa
Rives y Jons Manville”. En Monterrey también vivía “el pariente más cercano,
Enrique Sañudo Sánchez”. Tuvo varios negocios de repuestos industriales y en
los años setenta fundó una pequeña fábrica de láminas y arandelas, para surtir
a la industria del vidrio del Estado de Nuevo León, a la que denominó “Geria”
como su pueblo natal. En 1993 vendió la empresa y se trasladó a vivir a Madrid
donde falleció el 2 de diciembre de 1998. Su mujer María del Carmen fallecerámás tarde, el día 1 de diciembre
de 2010 también Madrid. Allí vivían en el número 10 de la calle Potosí. Está
enterrada en el cementerio de Fuencarral de Madrid.
Casa solariega de los padres de María del Carmen Barasa en
Soto Irúz
La tercera hija
fue, Margarita Sañudo Manso (n.1923) que nació
en Torrelavega a las nueve y media de la tarde del día 29 de junio de 1923. Fue
bautizada en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción el día 16 del mes
siguiente. Fueron sus padrinos Eduardo y María Luisa Sañudo Barasa. Margarita se
casó con Eduardo Sollet Sánchez,
el 9 de junio de 1949, con el que tuvo tres hijos Carmen,
Eduardo y Jorge Alberto.
Y, por último, la hija pequeña, María del Pilar Sañudo
Manso (n.1926) que nació, como todas sus
hermanas, en Torrelavega el 22 de febrero de 1926. A los tres días fue
bautizada en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Se casó en la misma
iglesia con Emilio Ramón Huerga con el que tuvo dos hijos Emilio y Alberto.
Pedro Sañudo Barasa se casará por segunda vez. Pero
antes de volverse a casar debía
divorciarse de su primer matrimonio. Encontramos su disolución en una nota al
margen en la partida de matrimonio entre Pedro y María del Carmen que dice así:
“Registro Civil de Santiurde de Toranzo a 28 de abril de 1936.En esta fecha se remite a este párroco la
sentencia de divorcio dictada por el Juzgado de Primera Instancia del Partido
de Torrelavega, haciendo constar en la misma la disolución del matrimonio
canónico Civil, verificado entre Pedro Sañudo Barasa y Doña Carmen Manso
Fernández de la Reguera, quedando ambos contrayentes en libertad de contraer
nuevo matrimonio a los efectos del artículo 69 de la Ley de Divorcio de 2 de
marzo de 1932, archivándose referida sentencia en el legajo de su razón”.
Disuelto su matrimonio,
Pedro se casa, en segundas nupcias con Amparo Alba Arciniega
con la que tuvo un hijo llamado Pedro Sañudo Alba que fue, ya jubilado, profesor
de Química del Instituto de Oviedo.
En
1939, con el franquismo en el poder, se consideraron nulos todos los
matrimonios civiles que habían tenido lugar durante el periodo republicano, y
el matrimonio civil solamente pasó a admitirse en caso de que los dos
contrayentes fuesen de una religión distinta, que no era este caso. Por lo
tanto, el matrimonio civil entre Pedro Sañudo y Amparo Alba quedó anulado,
según parece
María Luisa Sañudo Barasa
Ya
hemos explicado más adelante que Pedro Sañudo Barasa siguió los pasos de su
padre. Heredó una importante fábrica de zapatillas llamada “La Solidez”. Todo
iba bien hasta que una mañana del mes de octubre de 1925 un incendio hecho al
traste este negocio dejando sin trabajo a muchos trabajadores. En ese recinto donde
se inició el incendio se alojaba la fábrica y las oficinas de la empresa. Al
lado estaba la casa donde vivía Pedro Sañudo Barasa con su mujer María del
Carmen Manso y sus tres hijas mayores, Mercedes, Carmen y Margarita.
El
periódico La Atalaya de Santander
correspondiente al día 10 de octubre de 1925 recoge de una manera clara lo que
ocurrió esa mañana. Bajo el título “Un formidable incendio destruye la fábrica
de zapatillas La Solidez”. Prosigue dando una detallada información. “A las dos
menos cuarto de la mañana el sonido de los pitos de los serenos y el alarmante
sonar de las campanas, pusieron en movimiento a casi todo el vecindario de
Torrelavega, que completamente desconcertado indagaba el motivo de aquellas
señales de alarma. Pronto se supo que un incendio había estallado en la fábrica
de zapatillas “La Solidez”, propiedad de nuestro muy querido amigo Don Pedro
Sañudo y Barasa.Con la mayor rapidez posible nos trasladamos al lugar indicado,
sorprendiéndonos dolorosamente al ver que una gran hoguera convertía en cenizas
la propiedad de nuestro amigo”.
Fábrica de zapatillas de Pedro Sañudo Barasa con una importante
nevada.
Archivo Municipal de Torrelavega
Prosigue
el periódico de propaganda católica: “Seria aproximadamente la una de la
mañana, cuando se encontraban descansando en las habitaciones que sirven de
vivienda a los dueños de la fábrica, y que se encuentran en la casa de al lado
de la misma, el matrimonio Don Pedro Sañudo Barasa, su señora Doña María del
Carmen Manso, sus hijas Encarnita, Carmina y Margarita. Los
ladridos escandalosos del perro guardián de la fábrica, despertaron a Don
Pedro, quien creyendo que había ladrones en su interior se dispuso a penetrar
en ella, ante la oposición de su señora. Convenientemente prevenido, paso a los
departamentos que sirven de almacén de la fábrica, teniendo que retroceder al
poco tiempo, medio asfixiado, debido al espeso humo que invadía los pasillos
del almacén.
Con
la urgencia que revestía el caso, salió a la calle dando la voz de alarma, en
el preciso momento en que su hermano Don Julio, acompañado de varios amigos,
llegaba al lugar del siniestro. Volvió Don Pedro a subir a su domicilio,
saliendo al poco rato, acompañado de su señora y de sus hijas, una de ellas,
Carmina, enferma de gripe, dirigiéndose todos a casa de Doña Margarita Barasa,
madre del primero, donde se alojaron accidentalmente”.
María Luisa Sañudo Barasa y José Rubio de la Riva
La
ciudad se despertó con este suceso y la notica golpeó a los torrelaveguenses.
Prosigue el periódico dando más detalles: “Como reguero de pólvora corriese por
toda la ciudad la noticia del incendio, congregándose al poco rato, frente a la
fábrica, multitud de personas. El fuego, que empezó por una esquina del
edificio, amenazaba pavorosamente destruirlo. A los pocos momentos de empezar
el siniestro acudió el Cuerpo de bomberos, empezando los trabajos de extinción,
que resultaron completamente estériles, debido a la grandísima desorganización
que entre ellos imperaba y al casi nulo material de trabajo que llevaban.
Cuando llegaron los bomberos con dos mangas y una escalera de mano, ardían las
dos ventanas del extremo del edificio”.
“Nosotros
creíamos que, a pesar de no traer el material que tienen, podrían fácilmente
cortar el incendio; pero nos equivocamos, ya que se limitaban a meter agua por
las ventanas en que salían las llamas, sin intentar cortar el fuego que,
rápidamente se corría por todo lo largo del almacén. Mientras esto ocurría en
la casa incendiada, la guardia municipal se preocupaba en sacar los mueles de
una casa de al lado, sin acudir, como era natural, a salvar los del domicilio
de Don Pedro Sañudo, que, por estar más próximo al foco del incendio, estaban
más amenazados de quemarse. Desde luego, que sus motivos tenían para esto,
motivos que nos reservamos. La fábrica ardía al poco tiempo por sus cuatro
costados. Cuando mayor era el incremento adquirido por el voraz elemento, Don
Pedro, con gran arrojo, atravesó el asfixiante humo y las llamas, y consiguió
salvar recuerdos valiosos y queridos a los que amenazaba una pronta
destrucción. Consiguió, una vez dentro de sus habitaciones, abrir unas ventanas
por las cuales salió el humo, dejando en condiciones el piso de poder entrar en
él.
Al
poco rato una nube de voluntarios penetró en la casa, empezando a arrojar por
los balcones toda clase de muebles, estropeando en la precipitación la mayoría
de ellos. Acordase el señor Sañudo de la documentación que tenia de la fábrica
en la oficina de la misma, y procedió a salvarla con gran exposición de su
vida. Para lograr su intento había que derribar la puerta de entrada de la
oficina. Requiriese un hacha, y con el mayor desagrado vio sé que entre todos
los bomberos que acudieron al lugar del suceso, no la tenían. Viendo que sus
deseos eran defraudados, entro por la puerta de la fábrica Don Julio Sañudo y
abrió la puerta, salvando al poco tiempo toda la documentación del negocio.
Desde
los primeros momentos acudió al lugar del siniestro el alcalde Don Bonifacio
del Castillo,
el capitán de la Guardia Civil señor Córdoba y el concejal Don Alfonso Pérez. El alcalde se retiró al
poco rato por encontrarse indispuesto. Todos los números del Cuerpo de bomberos
trabajaron con gran exposición y valentía, pero como no tenían un jefe que
organizase los trabajos, resultaron sus esfuerzos completamente ineficaces.
Cuando después de largo rato llegó el aparejador del Ayuntamiento Don Francisco
González, se notó que una reacción se operaba en los trabajos, y que estos se
hacían acertadamente. Gracias a esto no se quemó totalmente la casa vivienda de
los dueños de la fábrica”.
Junto al edificio
siniestrado se encontraba un garaje que alojaba varios coches. Dos de la
empresa “Pescaderías Montañesas” de la que era gerente Pedro Sañudo; otros dos
de Enrique Gutiérrez, y otro de Vicente Flórez. Como el incendio empezó encima
mismo del garaje, los coches allí aparcados corrían un gran riesgo. Los vecinos
de Torrelavega, José Rojas, José Luis Macho Campuzano, Buenaventura García,
Adolfo Gómez, Emilio Barroso y Modesto González, penetraron valientemente en el
local y salvaron, uno a uno, todos los coches.
Prosigue La Atalaya: “Aunque por ahora se desconocen a lo
que se elevan las pérdidas, se puede asegurar que estas son importantísimas.
Todo Torrelavega se asocia al lamentable accidente que ayer redujo a cenizas la
antigua fábrica “La Solidez”, ya que su dueño Don Pedro Sañudo es persona
queridísima por su agradable trato y su caballerosa conducta. Por noticias
particulares, sabemos que tanto el edificio como las existencias y mobiliario
incendiado, están debidamente asegurados”. Y concluye el periódico: “En el
revuelo habido por el salvamento de los bienes de Don Pedro Sañudo, alguien se
aprovechó de esto, llevándose treinta y cinco duros y la ropa que en un baúl
tenía la muchacha que presta sus servicios en casa del señor Sañudo. También la
señora de Don Pedro notó la falta de un billete de quinientas pesetas”.
Salón Olimpia.
Archivo Municipal de Torrelavega
El incendió quebró las expectativas que Pedro Sañudo
tenía con su fábrica “La Solidez” explorando la viabilidad de otro tipo de
negocios. Transformó la antigua fábrica de zapatillas en el salón de baile y
recreo “El Olimpia” que pronto adquirió mucha relevancia en el ocio de aquellos
años.
Los precursores del Salón Olimpia en
Torrelavega fueron: el Teatro Hoyos, donde se fundó la Sociedad Gimnástica de
Torrelavega,
todavía no Real, y el Salón de Recreo de la Llama.Este
último era propiedad de la familia Mallavía aunque eran
los hermanos Montes los que lo gestionaban. Bailes, bolos y hasta boxeo era lo
que allí se celebraba. Eran dos de los
escasos sitios de diversión que existía en Torrelavega en el primer tercio del
siglo XX.
En la foto que reproducimos datada en 1918 aparecen varios vecinos
de esta ciudad. El señor del estandarte era Sergio Montes y sentado su hermano
Joaquín. El niño, que era hijo de este
último, se llamaba Francisco Montes González. Y por último la señora de negro
que está sola en el primer palco es Milagros Mallavia, hija del famoso jugador
de bolos Telesforo Mallavia.
Salón de Recreo de la Llama
Además,
Pedro Sañudo Barasa tenía otros negocios y llevaba varias representaciones. Era
el gerente de “Pescaderías Montañesas”. Por eso, en 1924, solicita al
ayuntamiento de Torrelavega permiso para abastecer de “agua de Cohicillos” al
despacho de pescado que quería establecer en el número 7 de la calle Menéndez
Pelayo. Además, allí mismo iban instaladas dos cámaras frigoríficas y una
fábrica de hielo. Solicitud que fue aprobada por el consistorio municipal el
día 19 de noviembre de 1924.
Otra
de las representaciones que llevaba era la casa Berg-Electro Winker, alojada en
su domicilio, en el número 59 de la calle José María Pereda. En 1930 obtuvo la
aprobación por los organismos oficiales del “aparato de señalamiento de direcciones”
Betax.
Socialmente
Pedro Sañudo participó en muchas de las actividades sociales y culturales de
aquella época. En 1923 en el Teatro Principal se celebra las votaciones para la
elección de un nuevo presidente de la Sociedad Gimnástica, todavía no Real. Fue
elegido el notario de la ciudad Mariano Muñiz Castaño acompañándole en su junta
directiva Pedro Sañudo Barasa.
Pedro Sañudo y María del Carmen Manso en
el Círculo de Recreo de Torrelavega
Años más
tarde, era verano de 1936 cuando esta ciudad se estremeció aún más. El 17 de
julio de este año se produjo la sublevación militar,
encabezada por el general Francisco Franco, pero planeada y dirigida desde la
sombra por el general Emilio Mola. En está desgraciada etapa de la historia de
España, cuando entraron las mal llamadas tropas nacionales en Torrelavega
muchos convecinos fueron detenidos y alojados en las cárceles que de prisa y
corriendo se crearon para vecinos con otras ideas. Fueron muchos los detenidos.
Hubo varias cárceles y también
“campos de concentración” donde iban a parar todos los que eran detenidos. Allí
se les hacía la ficha y después se les alojaban en prisiones más estables. La
cárcel del Partido judicial de la Plaza del Grano y la Importadora frente a
la Estación del Cantábrico, pasando las vías, fueron las más importantes. Las
mujeres eran alojadas en tres cárceles más, el Salón Olimpia entre la calle
José María de Pereda y la de los Mártires que era propiedad, hasta su
incautación, de Pedro Sañudo Barasa; el Salón Shangay y el chalet de Luis Gómez
Moránque estaba al lado de la
estación del Cantábrico.
El industrial Pedro
Sañudo Barasa fue detenido y condenado, como otros muchos convecinos, hasta que
fue puesto en libertad al producirse una conmutación general de penas por un
decreto publicado en 1941 “aunque quedó en vigor su destierro”. En la cárcel
hace amistad con varias personas, pero sobre todo con Jesús Cancio. El poeta
del mar le dedicó “un poema manuscrito de su propio puño y
letra, titulado “Maretazos” perteneciente a su libro del mismo nombre impreso
en 1947 en Buenos Aires. “El poema fue entregado por el autor a Pedro Sañudo
gerente y dueño del teatro Olimpia de Torrelavega”. Con el tiempo lo heredó su
hija Carmen Sañudo Manso de Bustillo que con su marido estuvo exiliada en
México donde permaneció por un periodo de cincuenta años. Durante el mes de
noviembre de 2019 su hija, nieta del industrial, Carmen Ruiz Sañudo, entregó
este manuscrito para su custodia a la Asociación Sociocultural Polanco en la
persona de su presidente Constantino Barrero Herrera.
Poema de Jesús Cancio dedicado a su amigo Pedro Sañudo Barasa
FALLECIMIENTO
Pedro Sañudo Barasa falleció
en Torrelavega a los 71 años de edad, el día 11 de marzo de 1965 en su casa de la
calle Lasaga Larreta, 12, cuarto piso, de una hemorragia cerebral. Días antes había
ingresado grave en el Santo Hospital Civil del Generalísimo Franco de
Bilbao. Sus restos reposan
en el cementerio de Geloria, depositados en el panteón de la familia del Dr.
Sañudo construido en 1923 por el arquitecto municipal Deogracias Mariano
Lastra. Dejando mujer, María del Carmen Manso Fernández de la Reguera y cuatro
hijas, María de las Mercedes, María del Carmen, Margarita y Pilar. Su mujer Carmen Manso
Fernández de la Reguera fallecerá unos años después.
Panteón de Pedro Sañudo
donde reposan los restos de Pedro Sañudo Barasa
Tumba de Alfonso Manso de Bustillo 21 noviembre 1906
Tumba de María Ruiz Pueyo viuda de Manso, 31 diciembre 1919
María Luisa Sañudo Barasa nació a las 7 de la mañana
del día 8 de enero de 1902. A los diez días fue bautizada en la iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción. Fueron sus padrinos, sus abuelos Pedro Sañudo y
Liberata Cano. Se casó con José Rubio de la Riva,
el 28 de septiembre de 1925 en la misma parroquia donde la bautizaron según
consta en su bautismo. Aunque vivían en Oviedo, los veranos los pasaba en
Santander, en el número 6 de la Avenida de La Magdalena frente al Real Club de
Tenis. Libro 16 Bautismos Torrelavega (1901-1906), folio 33.
Eduardo Sañudo Barasa (1895-1951) que nació en
Torrelavega el día 30 de septiembre de 1895. Tanto Julio como su hermano
Eduardo Sañudo cuando eran estudiantes vivían en Madrid en los años veinte, en
casa de su tía Carmen Barasa Sánchez en la calle Doctor Santero según el Padrón
de Madrid de aquellos años. Fue abogado y se casó en Torrelavega con Mabel
Fernández Sagarminaga el primero de septiembre de 1945. No tuvieron hijos.
Eduardo Sañudo Barasa, hermano de Pedro, falleció el día 21 de septiembre de
1951 siendo su cadáver enterrado en el cementerio de Geloria de esta ciudad.
Libro 17 Difuntos Torrelavega (1950-1960), folio 15 vto. Libro Bautizados Torrelavega (1890-1895), folio 240.
Julio Sañudo Barasa nació el día 21
de noviembre de 1899. Fue abogado, ejerció de fiscal jefe de la Audiencia Territorial de Aragón y vivió en Barcelona.
Finalizada la guerra incivil española se exilió en Francia y después en México. Fue miembro de la asamblea de
delegados del PSOE en el exilio por Rhône, Francia. Miembro del Sindicato de Profesiones
Liberales de la UGT de Santander. A los 45 años, pertenecía a las secciones de la UGT y del PSOE de Lyon.
Participó en el II y III Congreso del PSOE en el exilio celebrado en 1946 y 1948. Libro 15 Bautismos
Torrelavega (1896-1901), folio 184 vto. y 185. Archivo Exilio PSOE y Archivo Carmen García Bloise.
Luis Sañudo Barasa (n.1898) nació el
día 7 de noviembre de 1898 en Torrelavega. Siendo sus padrinos Manuel y Manuela Setien vecinos de esta ciudad. Libro 15
Bautizados Torrelavega (1896-1901), folio 131.
Esquela en El Cantábrico
correspondiente al 22 noviembre 1906.