Pudiera ser que, desde
el mismo momento de su nacimiento, por las venas del niño Aquiles corríera sangre con destinos lejanos. No
en vano siendo muy joven, con tan solo 14 años, decide probar fortuna y emigra
desde la villa de Torrelavega a Chile. Viaja a más de 10.000 km. buscando
fortuna.
También sus orígenes
son remotos. Su padre Antonio Rodríguez Aenlle (1826-1881), alcaide de la
cárcel de Torrelavega procedía por línea materna de hidalgos lucenses. Su antepasado más lejano que hemos podido
encontrar, Juan de Aenlle y Rocha que fallece en Trabada (Lugo) el 23 de abril
de 1696, gana en el siglo XVII la ejecutoría de hidalguía. Este linaje que probó
varias veces hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid[1]
tuvo casas en el lugar de Gestoso, concejo de Miranda; en San Salvador de
Santiso, en el concejo de Sante; en San Vicente de Vilameá, municipio de
Vilameá y en la casa solar de la Rocha, también llamada solar de Aenlle, ambas
en el concejo de Miranda en el lugar de Arante, Ribadeo y, por último, en la
casa solar de Sarancedo también en el concejo de Miranda.
Su madre Teresa Piró Campo
(1828-1891)[2], que
había nacido en Hoz de Anero no se quedaba atrás. Los Piró habían llegado de
Flandes en el siglo XVII. Son Flamencos. Inmigrantes, de la nación
flamenca, “Personas venidas del
extranjero a trabajar en los ingenios de
fierro colado, luego Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La
Cavada, Cantabria, en los siglos XVII y XVIII”[3].
Procedían de la actual Valonia, comunidad francófona perteneciente a Bélgica.
Su ascendiente más antiguo
encontrado, Gaspar Piró [4]
había nacido hacia 1632 en Flandes. Viene a trabajar a la fundición de
Lierganes. Se casa en la iglesia de San Pedro de este lugar en 1652 con Francisca
Lombó. De esta unión nacerán dos hijos Juan[5]
y José (Joseph) Piró Lombó. Este último es bautizado en Riotuerto el día 10 de
octubre de 1652. Fueron sus padrinos José de Olivares y Brito, hijo de Juan de
Olivares y de Mariana de Brito, dueños de las fábricas de fierro colado.
Joseph Piró Lombó (1652-1717) se
casa el día 21 de mayo de 1674 con Margarita Febe[6]
en Riotuerto. Fueron testigos en la ceremonia religiosa Baldovino Lombó, Tomás
de Budar y Felipe Piró, todos Flamencos.
Del matrimonio nacerán dos hijos Ana María y Juan Piró Febe. Su padre es muy
probable que falleciera en Riotuerto en 1717[7].
El primer privilegio de hidalguía
que obtienen los Piró y sus descendientes, aunque en cierto modo condicionado, […] hago
y constituyo … nobles hijosdalgo […], fue emitido por Felipe V el 25 de
febrero de 1718. No se consigue de una
manera amplia y definitiva hasta la primavera de 1794 que es cuando se promulga
la Real Cédula en donde el Rey firma […] y
sois nietos y viznietos de los Flamencos que vinieron a establecer la
mencionada fundición […][8]
Teresa
Piró Campo, madre de Aquiles, fue una mujer abnegada. Tuvo que criar a diez
hijos: Baldomero (1857-1864) -el primero con este nombre-, Nicolás (n. 1858),
Federico (1859-1931), Adolfo (1861-1886), Francisco (n. 1863), Teresa (n.
1864), Cándida (1866-1946), Aquiles (1868-1949), Baldomero (n.1870) y María
Ángela (n. 1873). La muerte de su marido, cuando contaba 56 años, hace que su
vida todavía sea más difícil. No hay que olvidar que con 45 años Teresa tiene a
su última hija, María Ángela, quedándose viuda en 1881 cuando la pequeña solo contaba
con 8 años de edad.
Aquiles Rodríguez Piró (1868-1949) nació en la Plaza del Grano de Torrelavega el día
28 de febrero de 1868[9].
Al día siguiente sus padres, Antonio y Teresa, le llevaron para ser bautizado a
la iglesia parroquial de la villa, Nuestra Señora de la Consolación, que se
encontraba a escasos cincuenta metros de donde vivían los Rodríguez Piró. Fue el octavo hijo de diez hermanos,
sexto barón del matrimonio formado entre
Antonio Rodríguez Aenlle y Teresa Piró Campo.
El
certificado de bautismo del niño Aquiles le encontramos en el Archivo Histórico
Diocesano de Santander:
En la Villa de Torrelavega y provincia y Diocesis
de Santander, a veintinueve de Febrero de mil ochocientos sesenta y ocho, yo el
Doctor D. Rafael Carrera S. de la Higuera, cura de la Parroquia Ntra. Sra. de
Consolación de esta Villa de Torrelavega, bautizé solemnemente y puse los Stos.
Oleos y Chrisma a un niño que nació ayer a las cuatro de la mañana. Es hijo
legítimo de Antonio Rodriguez y Teresa de Piró, naturales aquel de Trabadas
partido de Rivadeo en Galicia, y ella de Hoz de Anero en Trasmiera, y vecinos
de esta villa de Torrelavega. Es nieto por linea paterna de Domingo Rodriguez y
Rosalia Aenlle y Gomez, naturales y vecinos del precitado Trabada, y por la
materna es nieto de Simón de Piró y
Maria del Campo Agüero, naturales y vecinos del expresado Hoz de Anero.
Se le puso por nombres Aquiles Baldomero y Ramón. Sus padrinos D. Aquiles
Campuzano y Dña. Amalia Campuzano naturales y residentes en Campuzano, a
quienes por haber tocado al niño a la infusión del agua, advertí el parentesco
espiritual y sus obligaciones, siento testigos Francisco y José Garcia de la
Rasilla, residentes aquel y naturales ellos de la villa de Torrelavega en donde para que conste
lo firmo en fecha ut supra.[10]
La antigua
Plaza de los Granos, más adelante denominada en singular, lugar donde nació
Aquiles, es la primera que hubo en esta villa, después se crearán más. Estaba dibujada,
por la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, restos del castillo/palacio
de los señores de la Vega, el ayuntamiento y la cárcel. Allí tenía Julián Ceballos Campuzano (1816-1876)[11]
un edificio emblemático que hoy todavía conserva su encanto[12] . Se
sitúa esta “manzana de casas” en los números 4, 6 y 8 de la Plaza antes
mencionada con una superficie total de 778,91 metros cuadrados. Lindaba a la
derecha con la calle de la Confianza, por la izquierda que era el norte con
otras casas también propiedad del mismo y “por la parte que es el saliente con
el huerto principal” de la casa de Julián Ceballos. El número 4 de esta manzana
era una “casa de habitación”, formada por planta baja, portal con pilastras y
arcos de sillería y pisos principal y segundo[13].
Eran pisos grandes, su tamaño era parejo a la zona donde se encontraba, el
centro neurálgico de la villa. Tenían una superficie de 176,75 metros cuadrados[14].
Allí vivía Antonio Rodríguez Aenlle[15],
alcaide de la villa, con su mujer Teresa Piró Campo y con sus hijos Nicolás,
Adolfo, Teresa, Cándida (mi bisabuela), Aquiles, Baldomero, Francisco, Federico
y Ángela María. Para entonces su primer hijo Baldomero (hubo dos hermanos con
el mismo nombre) ya había fallecido de viruela. Cuando sus padres se asomaban
al mirador para verlos jugar veían de
frente la parte central de la Plaza de
los Granos, a la izquierda la cárcel de la que su padre era director y a la
derecha la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación[16].
Portalones donde nació y jugó Aquiles
Rodríguez Piró. Colección Tomás Bustamante
Aquiles fue el primer Rodriguez Piró que
llegó a Chile. Después llegarían más. Con solo 14 años[17], en
1883, se embarca y prueba fortuna en Chile. Hacía dos años escasos que había
muerto su padre. No va solo, le acompaña el también Torrelaveguense Valentín
Salces. Llega a Traiguén, ciudad cercana a Temuco que era territorio
dominado por los indios Mapuches. Esta amplia zona, en la segunda mitad del siglo
XIX, fue incorporada al país Andino
gracias a acuerdos pacíficos y a veces no tan apacibles. En esta zona de la Araucanía, comprendida entre los ríos Biobio por el norte, y Toltén, por el sur, vivieron
durante siglos los indigenas Mapuches. Después de la incorporación del territorio
de Angol fue cuando se inició la colonización. Se repartieron tierras a colonos chilenos y europeos
(principalmente españoles, vascos la mayoría), también alemanes, franceses e italianos.
El
gobierno Chileno inicia una etapa de asentamiento favoreciendo la llegada de emigrantes que compran
estas tierras y se asientan en la zona. Por ello emprende una política de
Estado que se promociona desde la embajada de París. En España, desde una
oficina en Bilbao. A las familias inscritas, que habían manifestado su
propósito de trasladarse a Chile, se les otorgaban 45 cuadras[18]
, y además a los que se quedaran a vivir en poblaciones cercanas se les concedían
solares para construir sus comercios y/o sus casas.
La
ocupación de la emigración a Chile se especializó por regiones. Los asturianos
fueron mayormente ferreteros; los gallegos tenían panaderías y molinos;
los aragoneses, barracas de madera; los vascos, que en un principio se
dedicaron al comercio, después se decantaron por la agricultura; los
catalanes con fábricas de curtidos y de calzados.
Hasta 1901 llegaron a Chile
36.000 europeos, de los cuales 24.000 fueron contratados por la agencia de
colonización estatal, y los otros 12.000 llegaron por sus propios medios. Desde
la oficina de Bilbao, Aquiles Rodríguez Piró, junto a parte de la familia
Salces, gestiona su aventura chilena. Como veremos más adelante fueron socios
en varios negocios.
Los viajeros embarcaban
en vapores con destino a Valparaiso, después de cruzar el temible estrecho de
Magallanes. Desembarcaban en Talcahuano y desde allí viajaban por tierra hasta
Temuco, capital de la región. Eso fue lo que hizo Aquiles. Después desde Temuco partió
a Traiguén.
El joven Aquiles, con muchas
ganas de conocer mundo, y entusiasmado por las historias que contaban los
que ya conocían esta parte del mismo, decide probar fortuna. Era tierra de
oportunidades. Los inicios comienzan alrededor del ferrocarril. A la vez que
avanzaba su construcción se podían comprar tierras en remates y hacer fortuna
en pocos años. Los principales negocios tenían que ver con la ganadería, la
agricultura y el comercio en general. Todo lo que se podía conseguir se vendía.
Pero no todo era de color de rosa, la inseguridad y los robos estaban al orden
del día. Lo normal era llevar armas para defenderse y la carabina
Winchester era la forma de hacer justicia en aquellos tiempos. Los bandidos
atacaban por todos los caminos y a veces el negocio le hacía el más
fuerte.
Fue
por tanto una etapa dura con un clima inhóspito donde Aquiles adquiere un
fuerte carácter. Pero no le debió ir mal en sus negocios de cría de ganado y
venta de todo lo que podía, porque a los pocos años realiza un viaje por todo
lo alto, a Francia y España. Lo aprovecha para visitar a sus hermanos en
Torrelavega porque para entonces sus padres, Federico y Teresa, ya habían
fallecido.
Compañía Naviera con la que viajó
Aquiles. Colección José
Manuel Villar Rodríguez
Esta
visita de Aquiles a Torrelavega y las conversaciones que tuvo con su hermano
Federico, acaban de convencer a este para viajar junto a parte de su familia a
Chile. Por entonces, hacía meses que Federico[19]
había dejado la alcaldía de la ciudad.
A
la vuelta de la tournée europea, en septiembre de 1912, le envía
a su hermano Federico una carta donde le da cuenta, entre otras cosas, del
donativo que hacia él junto a la familia Salces, para engrosar la caja del “Batallón
Infantil de Torrelavega” [20]
, y que ascendía a 159,75 pesetas. Lo envía porque cuando estuvo en su ciudad
natal decidió apoyar económicamente este proyecto en el que tanto su hermano
Federico como Florencio Ceruti y Castañeda[21]
tanto trabajaron. Aquiles Rodriguez Piró y la familia Salces participaron con
su ayuda[22] .
Fue este su segundo viaje a Torrelavega, el primero lo recoge el periódico El Cantábrico correspondiente al 27 de diciembre de 1905:
“En 1905, después de 22 años de ausencia, vuelve Aquiles Rodríguez Piró a Torrelavega”. Era la primera visita que hacía nuestro paisano a la ciudad que le vio nacer y en donde vivía gran parte de su familia. Para entonces ya habían muerto sus dos hermanos Baldomero y Nicolás en tierras Andinas.
Pensó Aquiles viajar a Torrelavega en 1903 junto a su amigo Pedro F. Uría. Pero no pudo ser. El fallecimiento de la madre de su amigo alteró los planes. “El segundo teniente de Alcalde de este Ayuntamiento, don Federico Rodríguez Piró, ha tenido la satisfacción de recibir la visita de don Pedro F. Uría, del comercio de Chile, que le trae a su vez la de su hermanos don Aquiles, el que no ha podido acompañar al paisano y amigo don Pedro, por haber tenido este la precisión de salir de Chile, a destiempo, a causa del grave estado de su querida madre, que al fin no tuvo el placer de darla el último beso”[1].
Fue este su segundo viaje a Torrelavega, el primero lo recoge el periódico El Cantábrico correspondiente al 27 de diciembre de 1905:
“En 1905, después de 22 años de ausencia, vuelve Aquiles Rodríguez Piró a Torrelavega”. Era la primera visita que hacía nuestro paisano a la ciudad que le vio nacer y en donde vivía gran parte de su familia. Para entonces ya habían muerto sus dos hermanos Baldomero y Nicolás en tierras Andinas.
Pensó Aquiles viajar a Torrelavega en 1903 junto a su amigo Pedro F. Uría. Pero no pudo ser. El fallecimiento de la madre de su amigo alteró los planes. “El segundo teniente de Alcalde de este Ayuntamiento, don Federico Rodríguez Piró, ha tenido la satisfacción de recibir la visita de don Pedro F. Uría, del comercio de Chile, que le trae a su vez la de su hermanos don Aquiles, el que no ha podido acompañar al paisano y amigo don Pedro, por haber tenido este la precisión de salir de Chile, a destiempo, a causa del grave estado de su querida madre, que al fin no tuvo el placer de darla el último beso”[1].
Llegó Aquiles al final del verano de 1905. “Aquiles Rodríguez Piró, hermano del concejal
y Procurador de los Tribunales, don Federico, salió el día 6 de noviembre de
1905 para Bilbao donde tomó pasaje para Curacao de la República de Chile donde
se haya habitualmente dedicado al comercio”[2].
Al año siguiente un terremoto sacude la zona de Valparaíso causando numerosos
daños. Era el 16 de agosto cuando tembló aquella zona. Eran muchos los jóvenes
de Torrelavega que allí vivían, por lo que la preocupación era máxima. Esta
catástrofe destrozó muchas casas y enseres. Por ello también estaba Preocupado
Federico. Enseguida “Aquiles mandó un cablegrama a Federico para decirle que se
encontraba bien y no había sufrido daños” [3].
Batallón Infantil de Torrelavega, 1912.
Colección Tomás Bustamante
Ya
en Chile, vuelve al trabajo y cambia de ocupación y domicilio. Se
traslada a la zona de Cunaco, a 40 kilómetros de San Fernando. Llega a una
de las haciendas más importante y productiva de todo el país, la Hacienda
Cunaco de la familia Valdés. Por la amistad que tenía con esta familia es
contratado como administrador general.
Más
adelante Aquiles Rodríguez Piró se traslada a la zona central arrendando la
Hacienda Tipaume en Rengo, provincia de Cachapoal, a 114 kilómetros al sur de la capital de la
República, Santiago de Chile. Aquí instala una fábrica de embutidos y
cecinas con su socio Valentín Salces e invierte como socio capitalista en los comercios
que tenía su sobrino y ahijado Juan Elexpuru Rodríguez.
Aquiles Rodríguez Piró en 1910.Colección José Manuel Villar Rodríguez.
Aquiles Rodríguez
Piró, junto al también Torrelaveguense Valentín Salces, crearon una importante
empresa, continuadora de la denominada Ferrer y Compañía, que se llamaba Rodríguez Salces y Compañía, con un capital
social de 500.000 pesos y siendo su evolución anual de dos millones y medio de
pesos. A esta compañía pronto se les unió otro
montañés que ya vivía en Chile, Francisco Martinez-Conde Gutierrez que
tenía importantes negocios de “Compra y
Venta de Harinas y Frutos del País” en el cono sur. Además de esta actividad,
disponía de una extensa cartera de seguros de vida e incendios.
El negocio Rodríguez Salces y Compañía atendía principalmente a la fabricación de almidón de trigo, y sobre todo a la elaboración de cecinas y salchichas. En la factoría se preparaban los jamones y otros tipos de productos relacionados con este ramo industrial. Para la explotación del negocio contaban con extensas propiedades. Disponían de amplios corrales donde alojaba hasta 1.300 cerdos. Además disponía de un matadero para la matanza de estos animales, instalaciones para la salazón de jamones, envasado de mantecas y amplios locales con maquinaria completísima para la preparación del almidón. Más adelante, venden la fábrica a una empresa de Santiago de Chile que fabricará piezas y componentes de cerámica.
El negocio Rodríguez Salces y Compañía atendía principalmente a la fabricación de almidón de trigo, y sobre todo a la elaboración de cecinas y salchichas. En la factoría se preparaban los jamones y otros tipos de productos relacionados con este ramo industrial. Para la explotación del negocio contaban con extensas propiedades. Disponían de amplios corrales donde alojaba hasta 1.300 cerdos. Además disponía de un matadero para la matanza de estos animales, instalaciones para la salazón de jamones, envasado de mantecas y amplios locales con maquinaria completísima para la preparación del almidón. Más adelante, venden la fábrica a una empresa de Santiago de Chile que fabricará piezas y componentes de cerámica.
Carta
comercial de la fábrica de Aquiles Rodríguez Piró. Colección José Manuel Villar
La
descendencia de Aquiles Rodríguez Piró en Chile es extensa. Damos cuenta de ella. Tuvieron seis hijos. La
primera una niña Noema Rodríguez
Puga (n. 1900) que nació cuando
vivía en Traiguén, fruto de una relación
con Lidia Puga, de familia española, que
desgraciadamente murió siendo muy joven. A la muerte de su madre Aquiles se hace cargo de la niña, por la que
siempre tendrá predilección. Noema se casa con Carlos Echeverría Peña con el
que tuvo dos hijos: Aquiles Echeverría Rodríguez (1925-1999)[23]
y Gloria Echeverría Rodríguez (1929-2014)[24]. Todos ellos viven en Santiago de
Chile.
Noema fue una mujer muy
cercana a su padre, su brazo derecho. Vivió en Santiago una vez
casada con Carlos Echeverría. Después de su separación, vuelve a
Rengo con sus hijos a vivir a casa de su padre Aquiles. Para ella compra una
casa colindante al comerciante árabe Iza Tajan. Allí se criaron sus
nietos, frente a la fábrica de embutidos. Para sus nietos y especialmente
para su nieta Gloria, fue una figura
paterna, cercana y protectora, que todos
admiraron. Noema se convirtió en una activa y recordada voluntaria de la
Cruz Roja de Rengo. Una vez muerto Aquiles, vende la casa y se traslada
nuevamente a Santiago donde vive junto a su hija Gloria hasta su muerte.
Después
de esta relación, Aquiles se casa con Ester Escobar con quien vive
durante el periodo en que estuvo trabajando en la Hacienda Cunaco y luego en la
Hacienda Tipaume. Ella fallece también bastante joven y sin descendencia.
Viudo y una vez instalado en
su fábrica de Rengo, conoce a María
Silva Valenzuela (a. n. 1932), quién tenía su casa familiar cerca de dónde
estaba la fábrica de embutidos y cecinas. Era una mujer muy bella, elegante y muchos años menor que él. Esto no era tan raro en esa época ya que era
usual que viudos mayores se casaran con sobrinas menores o mujeres de menor
edad. En esto su hija Noema tuvo un rol activo. Su candidata era otra (la hija
de uno de los empleados de la fábrica). La elección se decantó por María Silva
que tenía un parecido físico muy significativo con su segunda mujer, Ester
Escobar.
Del
matrimonio entre Aquiles Rodríguez Piró y María Silva Valenzuela nacen sus
otros cinco hijos: Maria Luz (n. 1935), Mario (n. 1936), Maria Angélica
(n.1942), Aquiles (n. 1943) y Sonia Teresa Rodriguez Silva (n. 1946).
Su
segunda hija, María Luz Rodríguez Silva, se casa con Vicente Gajardo que era
hijo de un destacado arquitecto de Santiago. Vicente estudió en la escuela de
Bellas Artes y se especializó en Ingeniería Cerámica, actividad que desarrolló
en Filadelfia, Estados Unidos, y durante un período de tres años en Monterrey,
México. Conoce a la que va a ser su mujer porque llega a Rengo a
trabajar en la fábrica que Aquiles ya había vendido a una empresa de
Santiago que fabricaba piezas y componentes de cerámica. Tuvieron cuatro hijos:
Vicente, Juanita, James y George Gajardo Rodriguez. Todos
ellos y sus hijos viven en Estados Unidos aunque visitan Chile cuando les es
posible.
Su
tercer hijo, Mario Rodríguez Silva, que se dedica al comercio de herramientas
mecánicas y también al de antigüedades, se casa con Alejandra Cheuquén
con la que tiene cuatro hijos: Alejandra, Mario, Paula y
Andrés Rodríguez.
Su cuarta hija María Angélica, llamada
así en honor de la hermana pequeña de Aquiles[25],
estudió en Rengo y posteriormente la secundaria en Estados Unidos. Se
casó con Manuel Villar Fernández, un asturiano llegado a Chile en
1954 desde Colunga para trabajar junto a sus primos de apellido Caravia
en una Ferretería y Supermercado en Rengo. Tuvieron dos hijos: José Manuel (n.
1966) [26]
y María Ximena (n. 1967) Villar Rodríguez[27].
De pie, Aquiles Echeverría Rodríguez, Noema Rodríguez
Puga y Gloria Echeverría Rodríguez. Sentados Mari Luz Rodriguez Silva, Aquiles
Rodríguez Piró y Mario Rodríguez. Colección José Manuel Villar
El quinto hijo, Aquiles, murió siendo un niño
con dos o tres años, víctima de una pleuresía. Y por último, su sexta hija
Sonia Teresa, en honor de su hermana Teresa que fue
una destacada educadora del método Montessori[28],
estudió los primeras enseñanzas en Rengo y después la secundaria en Estados Unidos. Viviendo con
su hermana María Luz y su marido Vicente en Monterrey, México, conoce a Roberto
Maldonado Lankenau, de una conocida familia local dedicada a la actividad
comercial, con el que se casa. Tuvieron cuatro hijos: Sonia, Roberto,
Erika y Rodrigo
Maldonado Rodriguez. Y por último
su sexta hija Sonia Teresa Rodriguez Silva.
A decir de los que le
conocieron Aquiles, fue un hombre prudente, educado, muy trabajador y leal con
su familia y amigos. Entre estos cabe destacar a Carlos Cabrera, jefe
en la Compañía de Electricidad, y a su mujer Vitalia, que a su muerte fueron
los tutores de sus hijos, aunque oficialmente por testamento esta encomienda
había recaído en Vicente Martinez-Conde. También era un hombre activo y
atractivo, le gustaba vivir bien, educado, gran lector y de bella letra. Era el
patriarca, pionero de la familia, en torno a él llegaron sus hermanos Federico
y Teresa, y varias sobrinas.
Aquiles Rodríguez Piró fallece cuando contaba
81 años, el día 5 de abril de 1949, en San Fernando, Chile en brazos de su
nieto Aquiles Echevarría Rodríguez con el que siempre mantuvo una
relación muy cercana.
Está enterrado, junto a su mujer, en el
Mausoleo Español de la Sociedad Española de Beneficencia[29] en
San Fernando.
Este trabajo ha salido publicada en la revista de la Asociación ASCAGEN en su número 13, Primavera 2015. Colonos de la villa de Torrelavega en Chile. Aquiles Rodríguez Piró ( 1868-1949), página 51/69.
http://www.ascagen.es/revista/Revista_ASCAGEN_N_13.pdf
Aquiles Rodríguez
Piró 1945. Paseo por el río Claro en
Rengo
Carnet de Aquiles
Rodriguez Piró en 1947, contaba con 79 años
Regalo de cumpleaños a Aquiles 28 febrero de 1917
Regalo de cumpleaños a Aquiles 28 febrero de 1917
Fiesta de disfraces en la Hacienda Tipaume en 1920. Sentada a la izquierda Teresa Rodríguez Piró y a la derecha su hermano Aquiles
Aquiles Rodriguez Piró, Noema Rodriguez Puga, Carlos Echeverría Peña, y el niño Aquiles Echeverría Rodriguez
Todas estas fotos han sido aportadas por
José Manuel Villar Rodríguez y Marisol Echeverría Quiero, nietos del biografiado. Mi agradecimiento personal.
[1] El Archivo de la Real Chancillería de
Valladolid es un archivo dependiente del Ministerio de Cultura de España, y
está ubicado en Valladolid. Fue creado por los Reyes Católicos en 1489 y
contiene la documentación generada por la Real Audiencia y Chancillería de
Valladolid (1371-1834), la Audiencia Territorial de Valladolid (1834-1989) y
otras instituciones judiciales contemporáneas radicadas en la ciudad.
[2] Última Piró pura de mis linajes.
[3] Bartolomé Marcos, Luis; Catalogo de “Flamencos” Trasmeranos, página 4, noviembre 2011.
[4] Registro 802 del Catálogo de Flamencos
Trasmeranos, C.F.T.
[6] Registro 845 del Catálogo de Flamencos
Trasmeranos, C.F.T.
[7] Aparece en Riotuerto en los padrones de
1677, 1687 y 1705. En el padrón de 1717 ya no aparece.
[8] Bartolomé Marcos, Luis; El proceso de integración de la colonia Flamenca, I, pág. 31/40.
[9] Callejero de la villa de 1876. Archivo
Municipal de Torrelavega.
[11] Rico hacendado, militar y alcalde.
[12] Notario de la villa de Torrelavega Andrés
González Piélago. Testamento del día 31 de mayo de 1854. Archivo Histórico
Provincial de Cantabria, P.N. legajo 7097, página 148/183.
[13] Posteriormente se construirá otro piso,
quedando como hoy la conocemos: planta baja y tres pisos.
[14] De frente y por la espalda 11,32 metros y de
fondo 15,60 metros con una valoración de 15.000 pesetas.
[15] Tatarabuelos del autor. En
algunos escritos, por error, aparece el segundo apellido como Allende.
[17] Información de la familia.
[18] Según RAE: Medida de longitud, variable
según los países, y comprendida más o menos entre los 100 y 150 m.
[19] Federico Rodriguez Piró, procurador de los
tribunales, conservador y alcalde desde el día 4 febrero 1907 al día 24 de
junio 1909. En 1905 fue concejal por el
segundo distrito y el candidato más votado con 226 votos.
[20] El Batallón Infantil de Torrelavega
[21]
http://www.torrelavegantigua.com/2013/09/florencio-ceruti-y-castaneda-baron-de.html
[23] Aquiles Echeverría Rodríguez (1925-1999)
periodista de profesión que firmaba sus escritos con el seudónimo de Aquiles
Piró se casó con Inés Quiero Fernández (n. 1930) con la que tuvo tres hijos: Gabriel ( n. 1956), Andrés (n. 1957) y
Marisol Echeverría Quiero (n. 1963).
[24] Casada con Raúl Ulloa Urrutia con el
que tiene dos hijos: Raúl
Fernando y Francisco Javier Ulloa Echeverría. Falleció el 1 septiembre 2014.
[25] Ángela Rodríguez Piró (n. 1873) es la novena
hija del matrimonio formado entre
Antonio Rodríguez Aenlle (1826-1881) y Teresa Piró Campo (1828-1891)
[26] Se casa con Francisca Rivadeneira
Arbildua con la que tiene cinco hijos: José Manuel, Santiago,
Domingo, Ana María y María Francisca Villar Rivadeneira.
[27] Se casa con
Pedro Espinosa Errázuriz con
quien vive en Curicó. Tuvo el matrimonio cuatro hijas: María Ximena, María
Angélica, Josefina e Isidora Espinosa Villar, directora de la sede de la
Universidad Santo Tomás en esa ciudad.
[28] Teresa Rodríguez Piró (n. 1864) es la quinta
hija del matrimonio formado entre
Antonio Rodríguez Aenlle (1828-1891) y Teresa Piró Campo (1828-1891)
[29] La
Sociedad Española de Beneficencia fue fundada en 1936. Su primer objetivo fue
ayudar a sus asociados, (españoles, sus hijos y nietos) proporcionándoles
asistencia médica, ayuda, medicamentos y sepultura. Una de las aspiraciones
naturales entre los miembros de las colonias extranjeras era brindar asistencia
a compatriotas mayores o con menor fortuna y poder mantener los lazos e la
identidad más allá de la muerte. En la
actualidad el único rol que cumple la sociedad es el de brindar sepultura a sus
socios. Fue su primer presidente el hijo de Federico Rodríguez Piró, Ernesto
Rodríguez López.