viernes, 25 de enero de 2013

Joaquín Fernández Herreros (1871-1951), cantero y alcalde



Joaquín Fernández Herreros (1871-1951) fue elegido alcalde de Torrelavega el día 2 de mayo de 1933 sucediendo al primer alcalde de la segunda república, José Mazón Samperio. Su mandato que duró dos años finalizó el día 12 de mayo de 1935. Contó para su elección, además de los republicanos, con los votos del partido monárquico absteniéndose los socialistas. Le sucedió Ramón Torre Tejera. Fué el presidente de la Junta Revolucionaria municipal que se formó al proclamarse la republica el 14 de abril de 1931. Junta que duró unos días hasta la elección el día 20 de abril del primer alcalde republicano. Durante su mandato, entre otras cosas, concede licencia para la construcción de la segunda sede del Banco de Torrelavega (1920-1942) en la esquina entre la calle de Jose Maria de Pereda y la avenida del Cantábrico.
Joaquín Fernández Herreros nació en Sierrapando el día 2 de octubre de 1871. Hijo de  Segundo Fernández Obeso natural de Somahoz, Los Corrales de Buelna y de Lucia Herreros López del pueblo de Sierrapando. Fueron sus abuelos  paternos: Rafael Fernández nacido en Los Corrales de Buelna y Gertrudis Obeso del pueblo de Somahoz. Sus abuelos maternos Andrés Herreros y Joaquina López. Sus padres tuvieron ocho hijos: Florencio, Joaquin, Abelardo (1888-1950) que fue el que realizo las escaleras de mármol del ayuntamiento de Torrelavega en el boulevard, Ascensión (1883-1959) que permaneció soltera e hizo de madre de todos sus hermanos, Teodora que se casó con Luis Alonso Herrera, Daniela (1898-1982) que también permaneció soltera, Carmen (1890-1959) y Clotilde (1873-1942).

Joaquín Fernández Herreros, demás Corporación municipal y trabajadores del ayuntamiento.

Su padre Segundo Fernández Obeso (1849-1922), que era un afamado cantero, tuvo una importante empresa de construcción denominada “Segundo Fernández”. Su hijo Joaquin siguió los pasos de su padre y aprendió primero el oficio de cantero y después el de maestro de obras. Fue monitor junto a su hermano Abelardo en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega. La empresa se especializó en hacer los puentes del ferrocarril. Hicieron dos en Las Caldas del Besaya, el de la vía del grillo que hoy adorna una rotonda en Torrelavega, el túnel de la carretera de La Montaña y por su buen hacer fueron requeridos para tallar las piedras en la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de esta ciudad.
Joaquín Fernández Herreros que permaneció soltero, era una persona agnóstica y republicano, perteneciente al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux. Durante la guerra incivil es detenido y llevado al barco Alfonso Pérez que hizo de cárcel. Con el cambio de régimen y al no tener cargos en su contra, pronto se incorpora a la vida civil siendo el responsable de la empresa de la familia “Hijos de Segundo Fernández” que estaba situada en una finca que se extendía desde Julián Ceballos hasta Pando, enfrente de la antigua Capilla de los Sagrados Corazones.
Fallece cuando contaba 80 años en su casa de Sierrapando donde vivía con sus hermanas Ascensión, Carmen y Daniela. Está enterrado, junto a su padre y algunos familiares, en el cementerio de Geloria en La Llama de Torrelavega en la zona civil.

sábado, 12 de enero de 2013

Hermenegildo Fernández-Abascal Sainz (1884-1943), farmacéutico y banquero




Hermenegildo Fernández Sainz  Abascal (desde 1940 Hermenegildo Fernández-Abascal Sainz) nació en Selaya, el día 2 de agosto de 1884.  Fueron sus padres Francisco Prudencio y  Encarnación  ambos naturales y vecinos de la misma villa pasiega. Hermenegildo estudio sus primeros años en el afamado colegio de los Escolapios de Villacarriedo y, posteriormente, la carrera de farmacia, en la Universidad de Santiago de Compostela. Se casó con su prima Amparo Fernández-Alonso Sañudo y tuvieron seis hijos: Rufino, Rosa, Hermenegildo, Encarnación, Antonio y Amparo. Hermenegildo Fernández Sainz hereda de su suegro y tío, Rufino Fernández Alonso y Abascal, la farmacia que estaba  en el número 6 de la Plaza Mayor de Torrelavega, “la de los portalones”, que se había instalado en esta villa en 1887. Fue un hombre bueno, inteligente, amante de lo suyo y, sobre todo, amigo de sus amigos. Era una persona celebre, abierta a nuevas ideas y al progreso. Típica era la tertulia que organizaba en la rebotica de la farmacia y a la que acudían, entre otros, el farmacéutico de Polanco, Francisco Carrera Pardo, y el tocólogo Ramón Miguel y Crisol.Fue fiel a sus orígenes.

 

Apegado a lo suyo nunca olvidó ni abandonó sus raíces. Era, al menos de pensamiento, pasiego. En alguna ocasión acompañó a Holanda a sus paisanos pasiegos a comprar vacas de raza frisona para mejorar la cabaña pasiega que tan bien conocía desde que era niño. Quizás esta ascendencia, su relación económica con el mundo pasiego y el regentar un negocio farmacéutico  creciente fueron algunas de las causas que le movieron a participar en la fundación del Banco de Torrelavega. Formó parte del primer Consejo de Administración del Banco, como consejero. Emilio Botín López cuando iba de Santander a su casa de Puente San Miguel, en alguna ocasión, paraba “en la farmacia de los portalones” para charlar con Hermenegildo. Probablemente las conversaciones versarían sobre “los excesos en el cobro que realizaba el Banco Mercantil a los comerciantes de la ciudad”, seguro que de la necesidad de crear un banco diferente; de la economía de la Montaña y muy probablemente de los pasiegos. Su importancia económica y su solvencia queda puesta públicamente de manifiesto cuando el Ayuntamiento de Torrelavega publica la “Relación de los 5 mayores contribuyentes por concepto de rústica en 1931”. Ocupa el tercer lugar en importancia. Por delante aparecen José Ruiz Abascal y José Gutiérrez Alonso y después de Hermenegildo, Amado Cabiedes Gutiérrez y Joaquín Herreros Fernández. Su mujer Amparo fallece en Torrelavega, el 27 de abril de 1933, cuando solo contaba 48 años de edad. Hermenegildo lo hace diez años más tarde, el 3 de marzo de 1943, a los 58 años de edad. Ambos están enterrados en el cementerio de Geloria en la Llama de Torrelavega.
Para más información ver el libro El Banco de Torrelavega 1920/1942 del mismo autor que este blog.

miércoles, 2 de enero de 2013

El Órgano de Nuestra Señora de La Asunción con más de un siglo


   
              La música en general y el órgano en particular son esenciales en las  litúrgicas cristianas. La tradición ha valorado mucho este instrumento. El órgano de la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción de Torrelavega, de estilo romántico,  fue construido en 1916 por la casa Eleizgaray en Azpeitia de Guipúzcoa. Por lo tanto se trata de un órgano centenario. Fue diseñado por el ingeniero alemán Albert Merklin bajo  la supervisión de una comisión encabezada por el Padre Nemesio Otaño, organista, compositor y director de la Schola Cantorum y de los programas de estudios y difusión musical de la Universidad Pontificia de Comillas. Este órgano ha sido declarado Bien de Interés Cultural, BIC, único en nuestra ciudad con categoría de bien mueble. Nos sentimos, por tanto, orgullosos por este reconocimiento. Fue el arquitecto que hizo el templo José María Basterra el que diseñó el proyecto de la caja del órgano acomodándola al estilo de la iglesia donde destaca el rosetón que está en el frontis.

                 En la antigua iglesia de Nuestra Señora de la Consolación de la villa de Torrelavega situada en la Plaza de los Granos existió un armonio que se tocaba cada año por un organista durante la novena de la Virgen del Carmen.  Es posible que dicho organista fuese  Cándido Lucio Ramos, que participó en la consagración del nuevo templo de la Asunción en 1906. Para la inauguración de la nueva iglesia de la Asunción en 1901, el Conde de Torreanaz, Ramón Fernández  Hontoria, cedió un armonio de 20 registros que hizo traer desde Madrid, para acompañar el solemne Te Deum, cantado por el Orfeón de la villa y acompañado por una nutrida orquesta. Hubo que esperar 16 años para que la flamante iglesia de Torrelavega pudiera posee un órgano, acorde con su excelsa arquitectura. Instalado en el coro alto de nuestra iglesia parroquial.

            Es un gran órgano, que fue donado por  Vicenta Astúlez, hermana de  Alonso, uno de los principales promotores  de la construcción del templo. Dice una  inscripción: “Donativo de Vicenta Astúlez Velarde. 15 de agosto de 1917". Unos días antes, el 12 de agosto tuvo lugar un concierto a puerta cerrada por el Sr. Eleizgaray. La inauguración oficial ocurrió en los días centrales de la Patrona de ese mismo año.  El martes 14 de agosto de 1917, a las 4 de la tarde, actuaron  los organistas  Nemesio Otaño y Cándido Alegría y completando el programa cantaron los señores Arredondo e Iturriza. En la misa mayor  del día 15, festividad de la Patrona,   se interpretó la Misa de Santa Cecilia de Cicognani, por una capilla compuesta por músicos de Santander y Bilbao.

              Para la adquisición del órgano se formó una comisión  formada por prestigiosos organistas: Emilio Aguirre, organista de la catedral de Santander, Cándido Alegría, organista de la parroquia de Santa Lucía, de Santander y  Félix Apellániz,  organista de nuestra parroquia, presidida por el eminente  musicólogo y organista Padre Nemesio Otaño. La idea comenzó a tomar forma con el organista Félix Apellániz, procedente del seminario de Vitoria y la ayuda Emilio Revuelta que era el párroco. Una vez conocido el proyecto definitivo del órgano el Padre Otaño hizo unas indicaciones para mejorar el instrumento en un informe presentado al párroco Emilio Revuelta Ruiz y firmado por la citada comisión, planteando algunas  reformas para que la parroquia posea un órgano soberbio...será el primero de nuestra provincia.  Aprueban el proyecto de la casa Viuda de Amezua, F. Eleizgaray y Compañía, de Azpeitia, cuyo director técnico, como ya hemos dicho, era el  ingeniero alemán Albert Merklin, sobrino del gran organero Joseph Merklin. 
             El proyecto  elegido era un órgano de dos teclados de 56 notas y pedalero de 30 notas. Con 21 registros y 7 pedales de combinación, más 28 registros supletorios de combinación libre y seis de fija. El ingeniero Merklin amplió el proyecto de acuerdo con las indicaciones del Padre Otaño, aumentando algunos registros, -aunque no exactamente los que proponía don Nemesio,-  resultando de este modo un instrumento perfecto. La caja presenta una fachada neogótica diseñada por el propio arquitecto del templo José María de Basterra, que se integra en la arquitectura y sobre todo con el gran rosetón de la fachada principal. Poseía un sistema de transmisión mecánico-neumático, pero ha sido electrificado, conservando varios juegos en estado original. 
            Pertenece al estilo romántico, con 24 registros que aportan una gran variedad tímbrica, así como diez mecanismos de combinación de juegos y regulación del volumen. Sus dos teclados y pedal permiten una amplísima gama de sonidos a través de sus 1400 tubos.
           La importancia de nuestro órgano radica en ser uno de los  primeros que adoptaron este sistema neumático. La casa Eleizgaray fue pionera en la introducción de este sistema, pues era una de las más prestigiosas de España a finales del pasado siglo y principios del siguiente. Está constituido por una gran caja que ocupa casi por completo la anchura de la nave central del templo, precedida por una espléndida fachada de madera, de estilo neogótico, acorde con la estética arquitectónica del edificio. La consola con los teclados se sitúa delante de la fachada, dejando aún cierto espacio para la ubicación de un mediano conjunto coral.
           Así mismo, su sonido ha sido alabado por los grandes intérpretes que han acariciado sus teclados,  tanto por la calidad de los materiales como por la brillantez y expresividad de sus juegos. En él han tocado grandes intérpretes del instrumentos como Marie Claire Alain,  Philipe Levfebre, Guy Bovet, Daniel Chorcempa, Ferdinand Klinda, José Manuel Azcue , Esteban Elizondo, Montserrat Torrent,  Mario Duella,  Handel Cecilio,  Juan de la Rubia, Thomas Ospital, …
             En 1997 el órgano fue restaurado. Intervinieron los expertos organeros Azpiazu e Hijo de Azpeitia que ya había restaurado los órganos de la catedral de Sevilla, León, Ibiza y de numerosas iglesias y conventos de España. Al concluir estos trabajos fue reinaugurado el 31 de enero de 1998 por el organista José Manuel Azcue y La Coral de Torrelavega. Se aprovechó el acto para dar un cálido homenaje al músico Juan José Mier que había fallecido el verano anterior en la playa de Liencres. Enrique Campuzano, en la actualidad, organista de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción confirma el gran nivel  en que se encuentra el órgano: “ es quizás, el mejor de la región, una verdadera joya”.