sábado, 12 de enero de 2013

Hermenegildo Fernández-Abascal Sainz (1884-1943), farmacéutico y banquero




Hermenegildo Fernández Sainz  Abascal (desde 1940 Hermenegildo Fernández-Abascal Sainz) nació en Selaya, el día 2 de agosto de 1884.  Fueron sus padres Francisco Prudencio y  Encarnación  ambos naturales y vecinos de la misma villa pasiega. Hermenegildo estudio sus primeros años en el afamado colegio de los Escolapios de Villacarriedo y, posteriormente, la carrera de farmacia, en la Universidad de Santiago de Compostela. Se casó con su prima Amparo Fernández-Alonso Sañudo y tuvieron seis hijos: Rufino, Rosa, Hermenegildo, Encarnación, Antonio y Amparo. Hermenegildo Fernández Sainz hereda de su suegro y tío, Rufino Fernández Alonso y Abascal, la farmacia que estaba  en el número 6 de la Plaza Mayor de Torrelavega, “la de los portalones”, que se había instalado en esta villa en 1887. Fue un hombre bueno, inteligente, amante de lo suyo y, sobre todo, amigo de sus amigos. Era una persona celebre, abierta a nuevas ideas y al progreso. Típica era la tertulia que organizaba en la rebotica de la farmacia y a la que acudían, entre otros, el farmacéutico de Polanco, Francisco Carrera Pardo, y el tocólogo Ramón Miguel y Crisol.Fue fiel a sus orígenes.

 

Apegado a lo suyo nunca olvidó ni abandonó sus raíces. Era, al menos de pensamiento, pasiego. En alguna ocasión acompañó a Holanda a sus paisanos pasiegos a comprar vacas de raza frisona para mejorar la cabaña pasiega que tan bien conocía desde que era niño. Quizás esta ascendencia, su relación económica con el mundo pasiego y el regentar un negocio farmacéutico  creciente fueron algunas de las causas que le movieron a participar en la fundación del Banco de Torrelavega. Formó parte del primer Consejo de Administración del Banco, como consejero. Emilio Botín López cuando iba de Santander a su casa de Puente San Miguel, en alguna ocasión, paraba “en la farmacia de los portalones” para charlar con Hermenegildo. Probablemente las conversaciones versarían sobre “los excesos en el cobro que realizaba el Banco Mercantil a los comerciantes de la ciudad”, seguro que de la necesidad de crear un banco diferente; de la economía de la Montaña y muy probablemente de los pasiegos. Su importancia económica y su solvencia queda puesta públicamente de manifiesto cuando el Ayuntamiento de Torrelavega publica la “Relación de los 5 mayores contribuyentes por concepto de rústica en 1931”. Ocupa el tercer lugar en importancia. Por delante aparecen José Ruiz Abascal y José Gutiérrez Alonso y después de Hermenegildo, Amado Cabiedes Gutiérrez y Joaquín Herreros Fernández. Su mujer Amparo fallece en Torrelavega, el 27 de abril de 1933, cuando solo contaba 48 años de edad. Hermenegildo lo hace diez años más tarde, el 3 de marzo de 1943, a los 58 años de edad. Ambos están enterrados en el cementerio de Geloria en la Llama de Torrelavega.
Para más información ver el libro El Banco de Torrelavega 1920/1942 del mismo autor que este blog.