viernes, 31 de mayo de 2013

Fundación del Orfeón Torrelaveguense, 1894


La historia del Orfeón de Torrelavega  se remonta a 1894 cuando un grupo de jóvenes, socialmente inquietos y tutelados por Cándido Lucio Ramos, crean una sociedad coral con objeto de aprender, entre otras cosas, el canto coral. Desde sus orígenes nuestro coro tiene carácter amateur y sus miembros están unidos por el amor a la música y la armonía. En el año de la fundación cuarenta voces masculinas dirigidos por Cándido Lucio Ramos, organista de la iglesia de Nuestra Señora de La Consolación, comienzan su andadura. A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX nacen en España numerosas sociedades corales. Eran frecuentes las competiciones entre las distintas sociedades de canto en las que, inevitablemente, participa el Orfeón Torrelaveguense conquistando varios galardones. Aunque algunos coros como el Orfeón Donostiarra, decide en 1909 incorporar mujeres,  el Orfeón de Torrelavega sigue fiel a sus comienzos hasta que a principios de los años treinta del siglo XX se incorporan voces femeninas y se transforma en coro mixto. 
Cándido Lucio Ramos (1864-1910), padre del músico José Lucio Mediavilla funda el Orfeón Torrelaveguense. Había nacido en Baltanás provincia Palencia. Era hijo de Cándido Lucio natural de Castrogeriz, Burgos y de María Ramos nacida en Vertavillo, provincia de Palencia. De niño pertenece al coro de la Catedral de Palencia. Allí estudió órgano y piano. Ya en Torrelavega dirige el primer orfeón que hubo en la ciudad. Cinco años después gana por oposición la plaza de organista de la iglesia parroquial de nuestra Señora de la Consolación.  Aunque no había órgano, sino armonio. Ejerció  como profesor de piano y compositor. Se casa en primeras nupcias  con Pilar Mediavilla. De este matrimonio nació su hijo, el maestro José de Lucio Mediavilla y su primera hija Pilar. Posteriormente se casó con Cándida Guerra Alcalde con la que tuvo cinco hijos: Rosa María, Cándido, Elvira, Ángel y Carmen. Uno de ellos Ángel Lucio hereda su amor por la música y es ayudante del sacerdote y organista Félix Apellániz. Participó Cándido Lucio Ramos activamente en la vida musical de la ciudad como organista, pianista, director de coros y  profesor de música. Frecuentemente actuaba en el Círculo de Recreo  acompañando a los concertistas que venían a dar recitales. Era muy reconocida su versatilidad,  lo mismo tocaba un vals  que un rigodón  u ópera y lo mismo un tango que una plegaria o una sinfonía religiosa. Compuso diversas obras para  piano como el pasodoble “Los dos gemelos”  dedicado a su discípulo Gabino Teira. Cándido Lucio dirigió el Orfeón hasta su muerte en el año 1910. Otros directores del Orfeón fueron: Enrique Mouteira (1924-1927); Claudio Sámano Calderón (1927-1929); Javier Fernández Gatoó (1929-1932) que introdujo en el coro voces femeninas y José Lucio Mediavilla (1932-1936) compositor, pianista y director. Quizás sea este último sea uno de los mejores músicos  que ha habido en la ciudad. Entre 1925 y 1936 Orfeón Torrelaveguense convivió con la Coral de Torrelavega. Cuando falleció Cándido Lucio Ramos, el día 2 de enero de 1910, solo contaba 46 años y vivía en la calle Argumosa.
En un post anterior, referente al Orfeón de Torrelavega, dimos cuenta de las personas que formaban parte de esta famosa sociedad musical en 1910. En él aparecían nuestros abuelos. En esta nueva entrega están nuestros bisabuelos. Apasionante verdad. En la foto aparecen personas que serán muy significativas en su tiempo. En la fila de arriba: Emilio Revuelta, Cesáreo Fernández,  Jacinto Otero, Remigio de la Rasilla, Gregorio Miguel y X. En la segunda fila: X, X, Diego Bragado, X, Gregorio Parraga, Victor Tejedor, X, Francisco González, X y Benito de la Fuente. En la tercera: Jesús Ubalde Miguel, Gabino Cortavitarte, José Palacio, Silverio Natural, José Molleda, X, Manuel Benítez, Eutiquio Baranda y X. En la siguiente: Arcadio Villegas, Joaquin Cacho, Virgilio Gutiérrez, Cándido Lucio (director del Orfeón), Alfredo Alcalde, Federico Rodríguez Piró, Ramón Peña, José Manso, X y X. Y por último sentados en el suelo: Vicente Hevia, X, X, Ángel García, X, Manuel Cuadrado, Andrés Vaquero, X y un niño aprendiz de violinista.



jueves, 16 de mayo de 2013

Valentín Sollet Alonso (1872-1936), curtidor y afrancesado




Valentín Sollet Alonso (1872-1936) regentó en Campuzano, Torrelavega, una tenería francesa que había fundado su padre, Benito Sollèt Guilçou, en la segunda mitad del siglo XIX. En el siglo XVIII surge la industria del cuero, en la antigua provincia de Santander, como casi todas las actividades económicas de la época, vinculada al puerto y al camino de Castilla. A finales de ese siglo comienza, tímidamente, el desarrollo industrial de Torrelavega, que alcanza su mayor esplendor en las primeras décadas del siglo XX. La historia de este importante industrial comienza en la región de Aquitania, en los Pirineos Atlánticos. Allí nacerán, en la segunda mitad de mil setecientos, concretamente en Lahonce, Juan Bautista Sollèt y Graciana Bordelès. Del matrimonio entre ambos nacerá Juan Sollèt Bordelès (1802-1882) que se va a casar con Juana Guilçou Noguès (1800-1869) que era natural de San Juan de Luz, Francia. De su unión nacerán cinco hijos: Petra, nacida en 1835; Valentín, en 1841; Emilia, en 1842; Melquiades, en 1845; y Benito, en 1846. Juan Sollèt Bordelés, con ascendencia bretona y alsaciana, pertenecía a una familia burguesa con grandes inquietudes políticas. Fue un “emigrante político” que llegó a España durante la época de las turbulencias que precedieron a la caída del II Imperio napoleónico. Cuando hizo el viaje a España, no vino solo, fueron otros compatriotas, emigrantes franceses, los que le acompañaron. Nos estamos refiriendo a los Etchart, a los Mendicouague y a los Aguerre, todos creadores de fábricas de curtidos, tenerías francesas, que perduraron hasta las postrimerías del pasado siglo XX. Una vez en Santander, Juan Sollèt Bordelès funda una tenería francesa en el número 18 de la calle San Fernando. Allí comenzará su andadura y aprenderá las primeras lecciones sobre las pieles y los curtidos, su hijo Benito Sollèt Guilçou (1846-1884), padre de nuestro industrial. Este, que había nacido el día 12 de enero, construye una tenería francesa en Torrelavega, creemos que antes de 1870. Una vez instalado se casa con la española Remigia Alonso y Agudo. Su primer hijo será el único varón: Valentín Sollet Alonso. Más adelante nacerán dos hijas, Françoise y Amparo.
            Valentín Sollet Alonso había nacido el día doce de abril de 1872 en la casa de sus padres en Campuzano. Con 30 años, el día 7 de julio de 1902, se casa con Victoria Gómez Martínez (1884-1972). Su mujer había nacido en Torrelavega el once de enero de 1884 y era hija de Rufino Gómez y Encarnación Martínez, empresarios castellanos radicados en Torrelavega. Rufino Gómez regentaba en la capital del Besaya  Bodegas Gómez y era uno de los mayores comerciantes de vinos de su época. El matrimonio de Valentín Sollet y Victoria Gómez tuvo siete hijos: Amparo, Amalia (primera hija con este nombre), Benito (1905-1937), María Ángeles, Valentín (1911-2007), Amalia y Eduardo. Debido a que en aquellos años la mortalidad infantil era muy alta, sus dos primeras hijas, Amparo y Amalia (1ª), fallecen en la primera infancia. Era un hombre bohemio, afable y de buen trato. Lector empedernido en francés, idioma que hablaba con sus hijos, y muy atento a su aspecto físico y buena indumentaria. Amigo inseparable con el que daba largos paseos de Isidro Díaz-Bustamante Blanco. Valentín Sollet Alonso fue concejal del ayuntamiento de Torrelavega en los años de 1928/1930 y además, ocupó el cargo de vocal, contador del Círculo de Recreo de Torrelavega  llegando más tarde a la presidencia de la sociedad más antigua de la ciudad en 1930. Una enfermedad pulmonar irreversible acaba con la vida en 1936, muy pocos meses antes del inicio de la guerra incivil que se llevará por delante a su hijo mayor, Benito, quién ya antes de la muerte de su padre se había hecho cargo de la empresa familiar. Durante este conflicto, Curtidos Sollét fue confiscada algunos meses, y a su frente estuvo entonces su viuda, Victoria Gómez Martínez, tiempos en que sus hijos menores, Amalia y Eduardo, habían sido trasladados a Francia por un buque de esta nación que evacuó a ciudadanos belgas y franceses, en los primeros meses del último conflicto fratricida español. Su segundo hijo varón, Valentín Sollet Gómez dirige las riendas de la empresa junto a su hermano Eduardo, entonces estudiante de Ciencias Químicas, que es quién establece nuevas técnicas del curtido. Valentín Sollet Alonso forma parte como industrial, junto a otros comerciantes, de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega. No en los inicios, sino a partir del año veinte del siglo veinte. Es elegido, concretamente, el día 29 de marzo de 1921. Al año siguiente cuando su amigo Isidro Díaz-Bustamante Blanco ocupa la presidencia asciende hasta ocupar la tesorería de la junta Directiva. Conoce la nueva sede en la Llama donde acude por última vez a la sesión celebrada el 3 de junio de 1935. 




Muere a los sesenta y cuatro años en su casa, en el número diez de la calle de José María de Pereda de Torrelavega, el día 19 de mayo de 1936. Su cuerpo al igual que el de su esposa, que fallecerá 36 años después, concretamente el día 24 de enero de 1972, yace en el cementerio de Geloria en la Llama de Torrelavega.

Para más información ver la biografía que sobre Valentín Sollet Alonso  contiene el libro  "Los comienzos  de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega" que ha publicado en diciembre de 2012 el autor de este blog.