domingo, 29 de julio de 2012

Relojeros de Torrelavega en 1856



Desde antiguo, en este lugar, el oficio de relojero era muy respetado. En 1856 comienza su andadura, en la Villa de Torrelavega, el comercio de platería y relojería de Antolín Ubalde Martínez. Estaba situado en el número 2 del portalón “de arriba” de la Plaza Mayor, cuando todavía tenía nueve arcos. Allí  permanecerá la segunda mitad del siglo XIX y todo el siglo XX. Cuando abrió el establecimiento en la casa de los Quijanos, Antolín contaba con solo 21 años y aún permanecían las escaleras que daban paso a una parte de la calle José Felipe Quijano, (hoy calle Ancha). Isaac Antolín Ubalde Martínez  había nacido en Valladolid, el día 2 de septiembre de 1835. Es posible que aprendiera el oficio de relojero y platero en Burgos porque construye y firma un reloj de pared, que todavía se conserva, con las inserciones: Ubalde y Burgos. Este detalle nos hace pensar que muy joven se traslada a vivir a esa ciudad a aprender el oficio. Probablemente se alojaría en casa de su tía María Domingo Caballero, de la que heredará parte de la casa a su fallecimiento, y que vivía en la calle Fernán Gonzalez. Llega desde Valladolid y viaja  para aprender el oficio de platero y relojero. Completada su formación, decide trasladarse a la provincia de Santander e instalarse en Torrelavega. Veinte años después el ayuntamiento de Torrelavega encarga, en 1878, al relojero de Santoña Mariano López la construcción del reloj que aparece en la foto.  El encargo lo hace el alcalde de la ciudad José Gutierrez Gutierrez. La petición la firma el secretario de la corporación,  Manuel Trugeda de Velasco, padre del comerciante Manuel Trugeda Cayuso. Aquella Corporación Municipal estaba formada, además del alcalde por, los tenientes de alcalde, Jacinto González Tánago y Ramón Ruiz Gorostiza; y los concejales, Joaquin Fernández-Vallejo Velarde; Pedro Campuzano Barreda, comerciante y padre del que será presidente de la Cámara de Comercio; Valentín G. Corona, Justo Alonso Astulez, José Pérez Carral, Ramón Sagarminaga y José Velarde Larreta. A este mandatario le antecedió Pedro Ruiz Tagle y le sucedió como alcalde, en 1878, Joaquin Fernández-Vallejo Velarde. 

jueves, 12 de julio de 2012

Rafael Barret (1876-1910), escritor, periodista y ensayista


Rafael Barret y Alvarez de Toledo nació el 7 de enero de 1876 en Torrelavega, donde su padre, que se declaraba literato, parece que  trabajaba para el ferrocarril. Hijo de George Barrett Clarke y María del Carmen Alvarez de Toledo y Toraño. Estudió Ingeniería de Caminos en Madrid, donde comenzó a relacionarse con los jóvenes intelectuales de la llamada “Generación del 98”. Entabló amistad con Valle-Inclán, Ramiro Maeztu y Baroja. El primer artículo conocido de Barrett en España se publicó en la “Revista Contemporánea”. Su entrada en la vida pública fue a golpe de escándalo. Retador y duelista, fue descalificado por un Tribunal de Honor. Rechazado y expulsado por la sociedad madrileña, emigra a América hacia finales de 1902, y allí nace un nuevo Barrett. Se instala en Buenos Aires y se dedica a las matemática, una de sus grandes aficiones. Escribe varios artículos en los diarios locales. En 1904 viaja a Paraguay como corresponsal para informar sobre la revolución que allí había estallado. Simpatiza con los jóvenes intelectuales que en su mayor parte se habían sumado a la Revolución, y se queda allí dedicándose de una manera más intensa al periodismo. En 1906 contrae matrimonio con Francisca Solana López Maiz, con la que tiene un hijo. En ese  tiempo es cuando enferma de tuberculosis. A partir de 1906 sus escritos son cada vez más críticos, más comprometido con la denuncia de las injusticias sociales, hasta identificarse explícitamente con el anarquismo. Da conferencias y crea una revista.  En 1908 se produce otra revolución militar, y Barrett es detenido, encarcelado y desterrado al Matto Grosso y luego a Montevideo, donde continua escribiendo, dando conferencias y participando en tertulias. La obra de Rafael Barrett es corta como su vida, pero su pensamiento ha tenido una gran influencia en Hispanoamérica. Tres grandes escritores: Roa Bastos, Borges y Rodó, han expresado su profunda admiración por la obra de Barret. La tuberculosis que padecía se agrava, y consigue que le nombren corresponsal en Europa para poder ir a Paris e intentar curar su enfermedad. Muere en Arcachon a los 34 años,  el 17 de diciembre de 1910.

martes, 3 de julio de 2012

La mujer y la caza en el siglo XX


Desde los comienzos en las montañas de Cantabria vivían a sus anchas una gran variedad de  animales que ocupaban buena parte del territorio. Muchas veces, incluso, debían defenderse de su acecho. Había que cazar para no ser cazado. Los primeros pobladores aprovechaban estos recursos naturales para satisfacer sus necesidades alimentarias. Además encontraron la forma de hacer la vida más agradable. Idearon la forma, con utensilios rudimentarios, de hacer abrigos para protegerse, lugares donde descansar, zapatos…. Pasaron los años y la caza dejó de ser de subsistencia. Se transformo en afición y deporte. En nuestros montes está afición también calo entre el genero femenino. Fueron poco a poco incorporándose a este quehacer. Eran días que se iniciaban  muy pronto y que acababan en buena camaradería. Las armas, el transporte, en este caso en un Fiat Topolino, y por supuesto el sabueso cántabro hacían lo demás.