jueves, 31 de octubre de 2013

Isidro Díaz-Bustamante Blanco (1872-1960), comerciante y alcalde




           En 1870 Isidro Díaz-Bustamante y Terán era un comerciante que regentaba un establecimiento de maderas y hierros en la calle de la Quebrantada de Torrelavega. Uno de sus once hijos, Isidro Díaz-Bustamante Blanco es, sin ninguna duda, una figura central en la historiografía económica de esta ciudad. Los abuelos maternos  de nuestro comerciante Antonio Blanco de la Mier (1823-1890) y María Herrera Sancibrián (1813-1905) contraen matrimonio el día 19 de mayo de 1838. De esta unión nacerán siete hijos: Ramón; José; Ramona; Cosme; Margarita; María y Josefa Blanco Herrera (1845-1941) que se casará con Isidro Díaz de Bustamante y Terán (1845-1914), padres de nuestro biografiado. Su abuelo paterno fue Manuel Díaz de Bustamante y González (1802-1870) natural de Ibio, Mazcuerras. Era hijo, en segundas nupcias, de Antonio Díaz de Bustamante y de Juana González, su segunda esposa. Contrae matrimonio con Lorenza de Terán y Vélez (1815-1874) de Villanueva de la Peña. El matrimonio se queda a vivir en el pueblo de donde élla era natural y es allí donde nacerán sus tres hijos: Manuel, María e Isidro Díaz de Bustamante y Terán, padre de nuestro industrial.
            El comerciante Isidro Díaz de Bustamante y Terán (1845-1914) nace en Villanueva de la Peña, término municipal de Mazcuerras.  Pronto viene a vivir a Torrelavega en donde instala su negocio. El comercio estaba situado en la Quebrantada, creemos que desde 1870. Esta importante firma, Isidro Díaz-Bustamante, desarrollará su actividad durante más de 100 años entre esta zona y la colindante calle del Comercio. Contrae matrimonio, el día 17 de julio de 1861, con Josefa Blanco Herrera (1845-1941), miembro de una importante familia oriunda de Mortera. Algunos de ellos eran armadores que vivían en La Habana, Cuba. Tendrá el matrimonio once hijos: José, Isidro, José María, Ramón, Manuel, Elvira, Josefa, Jesús, María, Antonio y Amalia.




            Isidro Díaz-Bustamante Blanco (1872-1960) había nacido en la ciudad de los Garcilasos el día 1 de agosto de 1872. Vivió durante muchos años en una casa señorial e inolvidable para la ciudad, que existía en la calle Julián Ceballos, en compañía de su madre Josefa Blanco Herrera y sus hermanos: José, Ramón, Elvira y María. José  compartió con su hermano muchos de los negocios que puso en marcha Isidro. Los dos nunca se casaron, permanecieron solteros. Los que le conocieron le describen como una persona comprometida y solidaria. Participó en muchos de los proyectos sociales que se creaban en la ciudad. Colaboró en la gestión de la sociedad Círculo de Recreo en calidad de tesorero en el periodo de 1911 a 1913, llegando a ser su presidente durante 1925 a 1927. Más adelante pasa a ser vocal de la junta directiva en los años de 1929 a 1930.


            En los negocios fue una persona con un gran “olfato económico”. Continuó el comercio de su padre dándole otras alturas. Primero en La Quebrantada y después en la calle del Comercio y, también, en los aledaños de la estación del ferrocarril del Cantábrico con almacén de maderas, hierros, carbones, cementos y un taller “mecánico” de maderas. Hombre pragmático y resolutivo, dedicó su vida a los negocios y a su vida pública. Fue junto a otros nombres de Torrelavega, uno de los que inició el sistema bancario en la ciudad, al regentar una agencia de la entidad Monte de Piedad Alfonso XIII y Caja de Ahorros de Santander. Esta sucursal estaba ubicada en la “Casa de la Banca” que tenía la firma “Isidro Díaz-Bustamante” en la calle José María de Pereda. Esta entidad operaba principalmente con el Instituto Nacional de Previsión de la que era entidad colaboradora. Forma parte  desde los comienzos en el movimiento que generan los comerciantes con objeto de conseguir una Cámara de Comercio local. Participa en casi todas las comisiones de trabajo que se van creando hasta conseguir el nacimiento de la Cámara de Comercio e Industria  de Torrelavega. Posteriormente ocupará importantes cargos en la gestión directa de la institución hasta llegar a la presidencia en 1922. Va a continuar hasta 1931 la labor del primer presidente, César Campuzano Ruiz, con el que había sido vice-presidente, pero con él la Cámara alcanzó otros derroteros. Durante su mandato se construyó la nueva sede de la Cámara ubicada en la Llama, la primera en propiedad. Ocupó la alcaldía de la ciudad durante dos años, coincidiendo con la presidencia de la Cámara, concretamente desde el día 1 de enero de 1926 hasta el día 7 de febrero de 1928. Fue, también, Diputado Provincial por el distrito Torrelavega-Villacarriedo durante una legislatura.
            Los problemas oculares que padecía en ambos ojos iban en aumento lo que le obligaba a desplazarse continuamente a Madrid para visitar a los mejores especialistas. Eran los últimos días de 1927 y los primeros del año siguiente, cuando se agudizan los problemas oftalmológicos. Los oculistas, todos, le recomendaron reposo para sus ya delicados ojos. Después de meditarlo mucho, toma la decisión de presentar la “dimisión irrevocable” como Alcalde de Torrelavega. Lo hace el día 2 de febrero de 1928 mediante una carta que envía a la corporación municipal. Desde este mismo año disminuye su actividad tanto en los negocios como en su vida pública. Aunque le solicitan reiteradamente que continúe en la presidencia de la Cámara, dos años más tarde en 1931, presenta la dimisión irrevocable por los mismos motivos citados anteriormente. Deja la presidencia ejecutiva pero no perderá su relación con la institución al ser nombrado presidente de honor.


José Díaz-Bustamante Blanco


            Por lo tanto poco a poco y antes de cumplir 60 años abandona todas sus responsabilidades públicas para centrarse, cuando su salud se lo permite, exclusivamente en sus empresas. En 1936, el día dos de febrero, constituye la sociedad anónima denominada “Isidro Díaz-Bustamante, S.A.” La sociedad quedó formaliza con un capital social de 80.000 pesetas, emitiendo ochocientas acciones de mil pesetas cada una. El objeto mercantil de la sociedad: “la compraventa de hierros, aceros, maderas, cementos, yesos y demás materiales de construcción”. Era Isidro el presidente del consejo de administración y su hermano José, secretario. Isidro Díaz-Bustamante Blanco, comerciante, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega y alcalde  fallece en la ciudad que le vio nacer, el día 1 de abril de 1960, y está enterrado en el cementerio de Geloria de la Llama.







Para más información ver la biografía que sobre Isidro Díaz-Bustamante Blanco contiene los libros “El Banco de Torrelavega, 1920/1942” y  "Los comienzos  de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega" que tiene publicados el autor de este blog.

domingo, 13 de octubre de 2013

Jacobo Díaz Iglesias (1863-1941), adinerado, banquero y ferretero


            En 1838, concretamente el día 19 de mayo, contrae matrimonio, en la iglesia de San Salvador de Viveda (Santillana del Mar), Anselmo Díaz de Entresotos (n.21.4.1819) en Hinojedo (Suances) y de 19 años de edad con Dorotea Iglesias (n.30.4.1823) en Queveda de quince. Veinticinco años después nacerá su hijo Jacobo Díaz de Entresotos Iglesias. El matrimonio tuvo quince hijos: Segunda (n.2 mayo 1843); Lázaro (n.17diciembre1844); Baldomero (n.26 febrero1847); Fulgencio(n.16 enero1849); Frodolina (n.26 agosto1850); Elías(n.21 julio1852); Ramón(n.2 julio 1854); Filomena(n.23 junio1856); Valentín (n.14 febrero1858); Petra(n.31 enero1860); Escolástica(n.10 febrero1862); Jacobo(n.25 julio186); Martina (n.30 enero1865); Lucila (n.31 octubre1866); Consolación (n.15 septiembre1868).
          Jacobo Díaz Iglesias que nació en Viveda el 25 de julio de 1863 fue el duodécimo hijo del matrimonio. Al día siguiente fue bautizado con los nombres de  Jacobo, Cristóbal, Genaro Díaz de Entresotos Iglesias. Fueron sus abuelos paternos Rafael Díaz de Entresotos de Hinojedo y Manuela Ruiz nacida en San Miguel de Aguayo. Y sus abuelos maternos Cayetano Iglesias, niño de la casa de  expósitos de Santander  y de María Ana Gómez natural de Queveda. Sus bisabuelos por línea paterna: Francisco Díaz de Entresotos y Ana María Cacho; y Pedro Ruiz y Francisca Gutiérrez. Por línea materna: por parte de padre al ser niño expósito se desconocen; y Francisco Gómez natural de San Martín de Elines y Celestina Vitorero natural de Viveda. Si bien los apellidos de Jacobo y de sus hermanos son Díaz de Entresotos Iglesias con el paso del tiempo lo simplifican perdiendo en el primer apellido el “de Entresotos”.
            La suerte le cambió al joven Jacobo cuando conoce a la que más adelante será su mujer. Luisa Fernández Borges, cubana de nacimiento e hija de Antonio Fernández Corona que era natural de Cohicillos. Este montañés como muchos emigró a Cuba  para hacer fortuna. Y lo consiguió. Era un indiano. En Cuba fue capitán del batallón de voluntarios primero de Ligeron de la Habana, Cuba. Más adelante asciende a comandante que le confiere, el 23 de septiembre de 1870, Antonio Caballero y Fernández de Rodas, Gobernador General Militar de la isla de Cuba, con categoría de Capitán General. Tras varios años en la isla, regresa a España con una importante fortuna instalándose en Torrelavega, en la Plaza Mayor.

            Los indianos van a tener una importancia capital en todos los procesos económicos que afectan a la provincia de Santander, también a Torrelavega. Solo en lo referente al sistema financiero conviene recordar que cuando se constituye el primer Consejo de Administración del Banco de Torrelavega, van a formar parte del mismo, dos consejeros indianos: José Arce López, primer presidente del Banco desde 1920 a 1930 que trajo su fortuna de Filipinas y Saturnino Briz Larín, consejero fundador del Banco y presidente desde 1930 hasta su absorción por el Banco de Santander en 1942, con fortuna procedente de Cuba.


       El día 11 de agosto de 1894 Jacobo Díaz Iglesias se casa con Luisa Fernández Borges con la que tiene doce hijos. Mantiene el matrimonio una muy buena amistad con Luciano Herrero al estar los dos casados con dos cubanas. Se dedicó fundamentalmente a gestionar la importante fortuna que heredó de su suegro. Además, entre otros negocios, instaló “una ferretería y tienda de muebles” en la esquina entre la calle Ancha y la Plaza Mayor en la casa de los Quijano que regentaron sus hijos. Posteriormente en 1926 abrirá otra ferretería en Santander con el mismo nombre “Ferretería Jacobo Díaz” frente al Mercado del Este, en el número siete de la calle Arcos de Dóriga, que regentó su hijo Eladio. Posteriormente hereda el negocio el hijo de este último Armando, nieto de Jacobo Díaz Iglesias. Toda una saga de ferreteros. En 1890 en este mismo lugar, como podemos ver en la fotografía, estaba la estación de tren de Gandarillas en los arcos de Doriga en Santander. La crisis económica del primer tercio del siglo XXI provoca el cierre de la tienda de Santander en 2015.
            Sus propiedades eran importantes, destacando una extensa finca que poseía en la zona de Sierrallana, “finca rústica en el paraje llamado Sierra de la Gallina y de la Llana”, donde actualmente está instalado el Hospital de Sierrallana, que compró al General Ceballos, Andrés de Ceballos y Avilés. La finca de 1.243 carros de tierra pertenecía a los municipios de Torrelavega, Santillana del Mar y Puente San Miguel y fue valorada en 128.500 pesetas. Cuando se instaló la empresa SNIACE se vieron obligados a vendérsela a dicha sociedad bajo la amenaza de expropiación.




            Jacobo Díaz Iglesias vivió en el magnífico chalet que se había construido en la calle Consolación, cerca de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El arquitecto de esta mansión, que se construyó en 1907, fue el mismo que proyectó el edificio donde estaba alojada la sociedad el Círculo de Recreo de Torrelavega Valentín Lavín Casalis. Posteriormente, los hijos de Jacobo Díaz Iglesias, venden este chalet a la familia Sañudo; y esta, más tarde, se la vende a la Real Compañía Asturiana de Minas. También construyó una casa de “piedra de sillería, mampostería y ladrillo; se compone de planta baja, principal, piso segundo y desván señalada en el número dos de la calle Ancha, hoy J. Felipe Quijano de Torrelavega”.



            Cuando comienza la guerra de Marruecos, guerra del Rif (1919/1926), muchos jóvenes de la ciudad son llamados a filas y viajan a África. Cuatro de los hijos de Jacobo Díaz Iglesias fueros desplazados para hacer la guerra junto a otros muchos torrelaveguenses. Por este hecho, varios padres de soldados de Torrelavega, entre ellos él, compran y donan un camión cisterna al ejército español en Marruecos. El camión llega a Melilla para abastecer de agua a las tropas allí desplazadas. Dos de sus hijos, Eladio y Jacobo, jugaron al futbol en la Sociedad Gimnástica de Torrelavega, en una época difícil para el club, cuando tenían que comprarse las botas los mismos jugadores. Todos cuando podían pasaban el verano en la playa de Suances a donde acudía en los periodos estivales con su familia.
            Torrelavega en aquellos años era una ciudad de olores. Cuando te ausentabas la recordabas por sus olores. Y cuando regresabas disfrutabas, por ejemplo, del olor a café tostado, cuando detrás de la casa de Jacobo Díaz pasabas por las cercanías de la tienda de coloniales de Sandi. Podías ver y oler, en plena calle, el tostado del café. O cuando paseabas cerca del obrador de Ángel Blanco, entre las calle Ancha y Consolación, y disfrutabas del olor del “chocolate a brazo”. Torrelavega era una ciudad de buenos olores.
            Jacobo Díaz Iglesias fue consejero fundador del Banco de Torrelavega junto a otros destacados comerciantes e industriales de la ciudad. Formó parte del primer Consejo de Administración del banco. Mantuvo en su cartera de valores 100 acciones del Banco de Torrelavega siendo uno de los mayores accionistas particulares del banco junto a Saturnino Briz Larín. Vendió y deshizo posiciones al año siguiente de cesar como consejero del banco en 1930. Fue por tanto consejero fundador del Banco de Torrelavega.
            Jacobo Díaz Iglesias fallece en Santander, el 28 de enero de 1941, a los 77 años. Nueve años más tarde lo hará su mujer, el 19 de junio de 1950. Ambos están enterrados en el cementerio de Geloria en la Llama de Torrelavega en su  panteón.

Para más información ver la biografía que sobre Jacobo Díaz Iglesias contiene el libro "El Banco de Torrelavega, 1920/1942"  que ha publicado el autor de este blog.