domingo, 22 de octubre de 2017

Confiteros y Pasteleros de Torrelavega. Eusebio Ballesteros (1843-1898) Parte I



Eusebio Ballesteros, 1890. Fotografo Francisco Redón. Colección Gema Ballesteros González


CONFITEROS PIONEROS
                   

Las primeras confiterías de la villa de Torrelavega se instalaron, como tales, en los años treinta del siglo XIX. No tenemos constancia de ninguna anterior a esas fechas y sabemos que en el “Padrón de Vezinos de la Villa de Torrelavega de 1753”, correspondiente al Catastro del Marqués de la Ensenada, no aparecen ningún confitero ni pastelero. Tenemos que esperar al primer tercio del siglo siguiente para que aparezcan los primeros.
El día 22 de noviembre de 1825 se publicaba en Madrid una Real Instrucción por la que las Provincias podrían percibir impuestos de los profesionales, comercios e industrias con actividad, naciendo así una contribución que se cobró por primera vez en 1836. Por este motivo, las Jurisdicciones tuvieron que ordenar una relación de todos los profesionales y sus gremios, relación que dio origen a las Matriculas o listas nominales de los individuos que trabajaban en la Jurisdicción de Torrelavega[1].
Estando así las cosas, el día 22 de octubre de 1835, “en la villa de Torrelavega y Sala Capitular” se reunieron el Alcalde, el Licenciado Robustiano de Ceballos[2], Procurador Síndico General, y los demás procuradores capitulares de los pueblos de esta Jurisdicción. Allí el Intendente de Rentas de esta Provincia estableció la formación de la matrícula o lista nominal de los individuos comprendidos en la contribución del subsidio industrial y de comercio, confeccionándose la primera relación de comercios e industrias. Es en esta lista donde aparecen por primera vez los miembros del gremio de confiteros de la villa de Torrelavega, precursores de los que tanto brillarán en los siguientes siglos y que harán famosa a Torrelavega por sus hojaldres y dulces. Me estoy refiriendo a Diego Sánchez y Ramón Gortazar, que regentaban una confitería[3] cada uno. Son los denominados Confiteros Pioneros, de quienes paso a hablar a continuación.
            Ramón Aquilino Gortázar Vallés no vino al mundo en Torrelavega, sino en Santander, en enero[4] de 1799. Era hijo de Manuel de Gortázar, nacido en el Valle de Arcentales (Encartaciones de Vizcaya) y de Gertrudis de Vallés, natural de Liendo. Contrajo matrimonio este maestro confitero en Santander, el día 30 de agosto de 1824, con Justa del Campillo Obregón, nacida[5] en la villa de Cartes el día 19 de junio de 1801, hija de José del Campillo y de María de Obregón, naturales, respectivamente, de Santander y de Cartes.
Hasta 1830 Ramón y Justa residieron en Santander, ciudad en la que vieron la luz sus dos primeras hijas: Camila[6] y Casimira[7]. Ya viviendo en Torrelavega, el matrimonio tendrá siete descendientes más: Isabel[8], Gregorio[9], Gumersindo[10], Francisco[11], Hipólita[12], Carlos[13] e Indalecio,[14] el más pequeño.
            El padre de Ramón, Manuel, era un vasco que había nacido al igual que su abuelo, de Arcentales, Vizcaya. Fueron los abuelos de Ramón, por línea paterna, Manuel de Gortázar y Águeda de Garais, naturales de la villa de Munguía (Vizcaya). Los abuelos maternos, Manuel de Valles y Manuela Martínez, ambos naturales y vecinos del pueblo cántabro de Liendo, nos proporcionan el nexo de unión con Cantabria.

Ramón Gortázar, que, además de confitero, fue “Procurador del Juzgado de Primera Instancia de esta Villa”[15], falleció[16] en Torrelavega el día 7 de marzo de 1859, a los 60 años de edad. Su mujer, Justa del Campillo y Obregón, lo hizo a la edad de 72 años, el día 25 de junio de 1875. Tres meses antes, el día 17 de marzo, (y no el 19, como consta en el certificado de su defunción), enferma "en la cama y sin pulso", dictó, ante el notario de Torrelavega Manuel Martínez-Conde, testamento[17] por el que nombraba   herederos de sus bienes, a partes iguales, a sus tres hijos vivos, Gumersindo, Francisco y Carlos, así como a su nieta María Gumersinda Marquina, hija de la ya fallecida Hipólita.


Confiteros de Torrelavega en 1883.     Archivo Municipal Torrelavega


      Hay que esperar a la década de los 70 de este siglo XIX para encontrar a los siguientes nuevos artesanos[18] pertenecientes al gremio de “Confiteros y Cereros”: en la calle del Comercio, la tienda de Florencio Fernández; en la calle de La Estrella, la de José María Zalvidia; en la de Estación del Cantábrico, los comercios de David Vázquez y del confitero Cirilo Vega Hernández; en la Plaza Mayor, el de Gabino Valle Perojo; dos establecimientos más en la calle Ancha: el de Pedro Regaliza Loyola y el de Ramón Sagarminaga Añivarro, del que por su importancia nos ocuparemos aparte, y, por último, instalado en el número 5 de la calle Consolación, el confitero y cerero Valentín García Corona,[19] que en 1875 se anunciaba con la siguiente leyenda: “En este establecimiento se elabora cera pura y mediana, habiendo también un buen surtido de dulces de todas las clases”. Ocupó este confitero chocolatero otra ubicación en el siglo XX. Estaba instalado en el número 1 de la calle Ancha, “casa fundada en 1864”. En este establecimiento se elaboraban chocolates “a brazo” y cera pura de abeja.


Confitería Valentín García Corona. Colección Tomás Bustamante


El mencionado comerciante confitero Ramón Sagarminaga Añivarro (1817-1893) fue propietario, además, de un establecimiento de licores en La Llama. A mediados del siglo XIX vivió en el número 4 de la calle Ancha, para trasladarse en 1870 al número 15 de la Calle Consolación[20]. Nacido en Campuzano el día 7 de septiembre de 1817,[21] era hijo de Benito Sagarminaga Orbe y de Josepha Añivarro Manzarraga.  El padre de nuestro confitero había nacido en Zeanuri (Vizcaya), el día 13 de abril de 1774,[22] hijo de Juan Fernando Sagarminaga Echezarraga y de María Bentura Orbe Zuloaga, vecinos de Zeanuri (Vizcaya). Josepha era natural de Areatza (antiguamente  Villara) e hija de Tiburcio Añivarro y Thomasa Manzarraga. Benito y Josepha se casaron en Zeanuri, el 29 de agosto de 1801[23]. Pronto vinieron a vivir a Campuzano, Torrelavega, donde nacieron sus hijos: Marcelina[24] (n.1802); Bernardino[25] (n.1804); María Eduvigis[26] (n.1805); Luis[27] (n.1807); Joaquín[28] (n.1810); Cirilo[29] (n.1814); María del Carmen[30] (n.1816); en 1817 nace nuestro confitero, como ya hemos dicho; María del Carmen Francisca[31] (n.1819) y  Tiburcio[32] (n.1821). Diez hijos, todos nacidos en Campuzano.


Establecimiento de Ramón Sagarminaga. Colección Tomás Bustamante

           
            La  esposa de nuestro confitero, Antonia Obregón Pérez, falleció[33] a los 55 años en esta villa de Torrelavega, el día 28 de mayo de 1876, y su marido lo hizo, víctima de la gripe, a los 76 años de edad, el día 3 de febrero de 1893. Al día siguiente fue enterrado[34] en el cementerio de Geloria[35].

              En su establecimiento trabajaron dos empleados que aprendieron el oficio de confitero con Ramón Sagarminaga. Nos estamos refiriendo a Juan Antonio de Argüeso García del Tánago y al hijo de este: Antonio de Argüeso Ruiloba. A continuación damos cuenta de ellos.
Juan Antonio de Argüeso García del Tánago había venido al mundo[36] en Rudagüera el 8 de abril de 1817. Fue su progenitor Manuel María Ciriaco de Argüeso y Castañeda, nacido[37] por casualidad en Arce, el 10 de abril de 1773, pero originario de Arija (Burgos), donde se le impusieron[38] los óleos y crismas el 13 de junio de 1775, y fue su madre Manuela García del Tánago y Santibáñez, nacida[39] en el barrio de San Pedro de Rudagüera el 15 de septiembre de 1774. Por línea paterna, Juan Antonio era nieto de Antonio Agustín de Argüeso Díez, natural de Arija, y de la segunda mujer de este, Ana María de Castañeda y López, natural de San Vicente de Villamezán (Burgos); por línea materna, lo era de Francisco García del Tánago García y de Josefa de Santibáñez Iglesia. Casó Juan Antonio[40] el día 19 de septiembre de 1838 con María Rosa Catalina de Ruiloba, hija de José Antonio de Ruiloba y Ruiloba, natural de Abadames (Asturias), y de María Antonia González del Tánago Ruiz, natural de Rudagüera. Juan Antonio y María Rosa sólo tuvieron a su mencionado hijo Antonio. Murió[41]Juan Antonio de Argüeso en el mismo lugar en que había nacido, Rudagüera, el 15 de abril de 1889.
Su hijo Antonio de Argüeso Ruiloba (1839-1925) nació[42] en Rudagüera, en el barrio de Lloredo, el 7 de julio de 1839,  y murió[43] en el mismo lugar el 8 de mayo de 1925. Casó[44] el 14 de febrero de 1863 con Teresa Gutiérrez de Santibáñez, natural de Rudagüera e hija de Mateo Gutiérrez Pérez y de María Antonia Benita de Santibáñez Díaz, con la que tuvo siete hijos: Prudencio[45]; Amado Cecilio[46]; María Antonia[47]; Jaime León[48]; Avelina Juliana[49]; Veneranda Candelaria[50]y Fidel, que vivió y murió en Madrid[51].


 Tenemos que esperar a 1880 para que llegue a Torrelavega Eusebio Ballesteros Cerrada[52] y se inicie con él una nueva saga de confiteros y pasteleros, de la que nos ocuparemos más adelante.



Cereria y confitería Valentín García Corona. Colección Tomás Bustamante
                                                  












[1] Bustamante Gómez, Tomás; Los comienzos dela Cámara de comercio e Industria de Torrelavega. Artes Gráficas Quinzaños, 2012.
[2] Para más información ver: http://www.torrelavegantigua.com/2015/10/julian-ceballos-y-campuzano-1816-1876_10.html
[3] Matrículas de la Contribución comercial e industrial de la villa de Torrelavega en 1835. Archivo Municipal Torrelavega.
[4] Fue bautizado en la Santa Iglesia Catedral el día 4 de enero de 1799.
[5] Libro Bautismos Cartes (1771-1857), folio 69.
[6] Nacida el 15 julio de 1825. Libro Bautismos Santander (1824-1826), folio 147 vto.
[7] Nacida el 5 marzo de 1827. Libro Bautismos Santander (1826-1842), folio 74.
[8] Nacida el 19 noviembre de 1832. Libro Bautismos Torrelavega (1775-1835), folio 45.
[9] Nacido el 26 diciembre de 1834. Libro Bautismos Torrelavega (1775-1835), folio 71 vto.
[10] Casado con Eloísa Lindes.
[11] Nacido el 29 marzo 1837. Libro Bautismos Torrelavega (1835-1890), folio 97
[12] Nacida el 3 agosto 1839. Casada con Manuel Marquina, de quien dejó por legitima hija a Gumersinda Segunda, menor de edad. Libro Bautismos Torrelavega (1835-1890), folio 115 vto.
[13] Nacido el 5 noviembre 1841. Casado con Juliana García. Libro Bautismos Torrelavega (1835-1890), folio 135.
[14] Nacido el 30 abril 1846. Libro Bautismos Torrelavega (1835-1890), folio 182 vto.
[15] Ver su defunción. No testó.
[16] Libro Defunciones Torrelavega (1776-1898), folio 138 vto.
[17] Dejó todas sus ropas de vestir a su hija política Juliana Serantes. Nombró albaceas, contadores y partidores a Julián de Ceballos, Nemesio Fernández y Manuel Marquina. Archivo Histórico Provincial Cantabria. Protocolos Notariales, Legajo 6.196, número 114.
[18] Coll y Puig, Antonio María; Guía Consultor e Indicador de Santander y su Provincia, 1875, Santander, página 730.
[19] Bolado, Nieves y Ruiz de Salazar, Julio; Maestros reposteros, Artes Gráficas Quinzaños, 202.
[20] Ver Padrones de Torrelavega, 1866, 1870 y 1876. Matriculas Industriales. Archivo Municipal Torrelavega.
[21] Libro Bautismos Campuzano (1751-1876), folio 234.
[22] Libro Casados Zeanuri (1735-1793), folio 317 vto.
[23] Libro Casados Zeanuri (1793-1827), folio 50 vto. y 51.
[24] Nacida 2 junio 1802.
[25] Nacido 20 mayo 1804.
[26] Nacida 18 octubre 1805.
[27] Nacido 2 noviembre 1807.
[28] Nacido 22 marzo 1810.
[29] Nacido 10 julio 1814.
[30] Nacida 21 julio1816.
[31] Nacida 4 octubre 1819.
[32] Nacido 11agosto 1821.
[33] Libro 8 Difuntos Torrelavega (1875-1898), folio 34.
[34] Libro 10 Difuntos Torrelavega (1890-1898), folio 102.
[35] Datos investigados por Amparo Fernández-Regatillo Ruiz.
[36] Archivo Diocesano de Santander. Libro de bautizados de Rudagüera. Sig. 4958, fol. 121 vto.
[37] Archivo Diocesano de Santander. Libro de bautizados de Puente Arce. Sig. 369, fol. 96
[38] Archivo Diocesano de Burgos. Libro 2º de bautizados de Arija, fol. 85 vto.
[39] Archivo Diocesano de Santander. Libro de bautizados de Rudagüera. Sig. 4957, fol. 200 vto.
[40] Archivo Diocesano de Santander. Libro de casados de Rudagüera. Sig. 4961, fol. 170 vto.
[41] Archivo Diocesano de Santander. Libro de difuntos de Rudagüera. Sig. 4966, fol. 52 vto.           
[42] Archivo Diocesano de Santander. Libro de bautizados de Rudagüera. Sig. 4959, fol. 13 vto.
[43] Registro Civil de Alfoz de Lloredo. Libro 42, fol. 3, sección 3ª
[44] Archivo Diocesano de Santander. Libro de casados de Rudagüera. Sig. 7126, fol. 5
[45] Murió soltero a los 31 años.
[46] Murió soltero a los 18 años.
[47] Vecina de La Busta.
[48] Se casó en Novales, donde murió. Tuvo descendencia en Novales y Oreña.
[49] Heredó la panadería-confitería de Rudagüera. Al no tener hijos pasó  a su sobrina Avelina González.
[50] Es la madre de Avelina González.
 [51]Aportaciones hechas por su pariente Carlos Argüeso Seco, que agradecemos.
[52] En varios escritos, libros y periódicos se comete un error constante al afirmar que “La primera pastelería planteada como un negocio fue la fundada a principios del siglo XIX por Eusebio Ballesteros”. Esta persona llegó a Torrelavega en 1880.

2 comentarios:

  1. Los procuradores son pilares fundamentales en el ámbito legal, actuando como intermediarios entre abogados y tribunales. Su labor asegura la correcta tramitación de los procesos judiciales, contribuyendo así a la eficiencia del sistema judicial.

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  2. Excelente artículo que visibiliza la labor fundamental en el gremio de las primeras confiterías de la villa de Torrelavega hasta el día de hoy.

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