martes, 5 de junio de 2012

La Caja de Ahorros del Círculo de Obreros Católicos 1903



Una de las primeras cajas de ahorro que existieron en Torrelavega fue la del Circulo Católico de Obreros. Por su valor histórico, ya más de cien años, he creído conveniente hacer una breve reseña de la misma.
El día tres de febrero de 1903 se aprueba el Reglamento de la Caja de Ahorros del Círculo Católico de Obreros de Torrelavega. Había convocado reunión la junta directiva con objeto de aprobar  el reglamento por el que se iba a regir la caja de ahorros de esta sociedad. Se celebró en el local que poseía el Circulo Católico en Torrelavega.
Dirigió la reunión su presidente Raimundo de Miguel, actuando como secretario José María Ortiz. Se pretendía " inculcar a los obreros y a los niños la virtud del ahorro” y lo hacían como complemento a la educación que recibían en los centros escolares.  Las operaciones de la caja de ahorros estaban limitadas a recibir y devolver las cantidades que en ella se imponían. El procedimiento era el siguiente. Al final de cada año, el saldo de cada miembro era depositado en la Caja de Ahorros del Banco Mercantil de Santander. Más adelante, cuando ya estaba operativo el Banco de Torrelavega en 1920, será en este banco donde se iban a depositar muchos de los ahorros de los socios de esta sociedad. No hay que olvidar que un consejero y vicepresidente del Banco de Torrelavega, Ramón Miguel y Crisol, iba a ser presidente del Círculo de Obreros Católicos. Para favorecer esta práctica del ahorro, el Circulo Católico donaba una peseta a cada uno de sus socios, con la sola obligación de no retirarla ni de la Caja de ahorros del Círculo ni del banco donde estaba depositada, por un periodo mínimo de cinco años.
Está fijado, en el artículo número diez del reglamento de la caja de ahorros, que después de la misa de once y en el local del Circulo Católico, el administrador iría recogiendo las cantidades que le entregaran, desde cinco céntimos en adelante. Aceptando que las devoluciones se realizaban al domingo siguiente a aquel en que fueran solicitadas a no ser que se pidiera, con carácter de urgencia.
Para más información ver el libro El Banco de Torrelavega 1920/1942 del mismo autor que este blog.