Manuel Trugeda Cayuso (1882-1933) fue
uno de los comerciantes que coincidió con el florecimiento económico de la
ciudad de Torrelavega en los últimos años del siglo XIX y primeros del siglo
siguiente. Era hijo de Manuel Trujeda de Velasco y nació en esta villa a las
tres de la mañana del día 10 de noviembre de 1882.[1]
Vivió junto a su familia, primero en la calle del Comercio (donde nació) y más
tarde, y una vez casado, en la calle Serafín Escalante.
Su padre Manuel Trugeda de Velasco
(1840-1907) había nacido en Noja, el día 21 de abril de 1840. Sus padres fueron
Manuel Trugeda Sainz, natural de Castillo en el municipio de Arnuero, y Claudia
de Velasco Camino, que era de Noja. Con veinticuatro años obtuvo el título de
maestro de primera enseñanza. Y en este mismo año (1864) consigue su primer
empleo, por el que recibirá 438 escudos anuales, desempeñando la docencia en el
pueblo de Quijas. Permaneció en esta escuela diez años. El entonces alcalde,
Valentín Sánchez Obregón, destacó su magnífica conducta. En esta época conoce a
su futura mujer, Antonina Cayuso Gómez, en el pueblo donde trabajaba de maestro
y contraen matrimonio. Ella era hija de Francisco Cayuso, natural de Valles, y
de Ana María Gómez de la Torre, de Quijas, ambos sitios pertenecientes al
ayuntamiento de Reocín.
El día 15 de diciembre de 1874 cuando
contaba 34 años, solicita la plaza de secretario del ayuntamiento de Cabezón de
la Sal. El alcalde de la villa con importantes minas de sal, Epifanio García
Fernández, le nombra secretario de esa corporación el día 9 de enero de 1875,
con un sueldo de 1.250 pesetas anuales.
Dos años y medio más tarde, siendo alcalde de Torrelavega Julián Urbina
Alegre solicita el puesto de secretario del Ayuntamiento de esta ciudad con un
sueldo de 1.750 pesetas anuales. La renuncia y la toma de posesión se
producirán en el mes de julio de 1876. Desempeñó este importante cargo de
secretario durante muchos años participando, como funcionario municipal, en las
primeras gestiones que realizó en 1912 el alcalde Florencio Ceruti Castañeda
hasta conseguir la creación de la Cámara de Comercio de Torrelavega.
Los que le conocieron al padre de
nuestro comerciante trasmitieron de él las características de hombre metódico,
ahorrador y exigente al que “le gustaba que la sopa estuviera templada” cuando
la tomaba en su casa después de haber estado trabajando toda la mañana en el
Consistorio Municipal situado, en aquellos años, en la Plaza del Grano.
Falleció el día 5 de octubre de 1907 y
está enterrado en Geloria en el cementerio de la Llama de Torrelavega.
Tuvieron seis hijos, cuatro chicos:
Manuel, Abel, Santiago y Germán. Los tres últimos inician su andadura
profesional en Chile, como lo hacían en aquella época muchos convecinos.
Trabajaron en el sector minero de gran desarrollo e importancia en aquel país,
consiguiendo hacer fortuna, parte de la cual enviaban a su familia. Solo volvió
Santiago. Completaban la familia dos chicas: Cleofé y Matilde.
Su hijo Manuel Trugeda Cayuso
contrae matrimonio con María Miguel y Crisol (1892-1948) hermana del tocólogo y
fundador del Banco de Torrelavega, Ramón Miguel y Crisol.[2] María
Miguel y Crisol que pertenecía a una familia con gran relevancia social, había
nacido en Torrelavega en 1892. Era hija de Raimundo Miguel Oliván. Estudió
magisterio y lo ejerció a partir de 1933 año en que se quedó viuda. Oposita y
saca una plaza para ejercer en Cabezón de la Sal, posteriormente pasará a
Barreda y terminara su vida laboral en Torrelavega. Tuvo, además del hermano
antes citado, cuatro hermanas.[3]
María Miguel y Crisol
El matrimonio formado entre Manuel
Trugeda Cayuso y María Miguel y Crisol tiene siete hijos: Manuel, Raimundo,
Abel, Margarita, María, Ramón y José María. María era una mujer de enorme
valía que sufre la muerte de su marido un año después de la triste y dolorosa muerte
de Manuel, su hijo mayor. En 1932 Torrelavega padeció una fuerte epidemia de
Tifus que llevó a descansar al cementerio de Geloria a muchos convecinos. Uno
de ellos fue Manuel Trugeda Miguel que falleció cuando contaba 17 años. Unos
meses antes había entrado a trabajar en el Banco de Torrelavega situado en el
Boulevard Demetrio Herrero. Después de cinco meses de enfermedad falleció en
agosto de 1932. A María Miguel y Crisol, ya viuda en 1933 y con seis hijos, no
le quedó más remedio que llamar a todas las puertas que pudo para colocar a los
dos hijos mayores: Raimundo que empezó a trabajar en las oficinas de la Granja
Poch y más tarde en La Ferretera Montañesa y su hermano Abel que lo hizo en el
Banco de Torrelavega. Margarita y María Antonia, siguiendo la tradición
familiar, estudiarían magisterio y Ramón y José María trabajaran en Sniace y
Solvay. María morirá en 1948. Sus restos descansan como muchos otros Trugeda en
el cementerio de la Llama de Torrelavega.
En 1912, cuando contaba 29 años,
Manuel Trugeda Cayuso, regenta una tienda de ultramarinos que se denominaba “El
Edén”. Anteriormente, y desde 1892 año en que se funda este establecimiento,
pertenecía a Juan Serrano y Díaz. Se publicitaba como “Ultramarinos finos y
selectos, vinos y licores, jamones, chorizos, embutidos, selectos artículos
Nacionales y Extranjeros”. Disponía de teléfono y tenías que llamar al número
29 para que te llevaran un pedido a domicilio que ya, en aquellos años del
primer tercio del siglo XX, tenía en funcionamiento este comerciante de
Torrelavega.
El comercio estaba situado en el
número 22 de la calle Consolación esquina a la de Argumosa. Allí trabajaba
Manuel Trugeda Cayuso y su encargado Justo Ealo Samaniego que será el que se
quede con el comercio cuando, en 1928, Manuel Trugeda Cayuso cambia de negocio e
instale una zapatería. Se traslada a la calle Serafín Escalante y en su número
3, junto a la Plaza de Abastos, instala una zapatería de “calzado para señoras,
caballeros y niños”. Las “pieles, suelas y badanas” no le eran del todo
desconocidas, antes ya había regentado una fábrica de zapatillas en la planta
baja de la casa de los Ruiz Tagle en la calle Joaquín Hoyos de esta ciudad.[4]
Manuel Trugeda Cayuso, de pensamiento y
convicciones católicas, participa activamente en la vida social y política de
la época. Llega a ser concejal del ayuntamiento de Torrelavega por el partido
católico en los años 1924/1925. Fue un destacado comerciante que formó parte de
la primera Junta Directiva de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega.
Desde los comienzos, Manuel Trugeda Cayuso estuvo relacionado con los
movimientos de comerciantes[5]
que se produjeron en la primavera de 1912 con la finalidad de constituir una
cámara de comercio para la ciudad.
Fue uno de los elegidos por el
alcalde, junto a otros comerciantes e industriales, para formar parte de la
Junta Directiva Provisional de la recién “autorizada” Cámara de Comercio. Más
adelante es una de las cuarenta personas que avalan con su firma la escritura
de compromiso que exigía la Real Orden donde se autorizaba la creación de la
Cámara. Miembro de la primera Junta Directiva.[6] Vuelve
a formar parte de su Junta Directiva desde enero de 1922 hasta 1927.[7]
Siendo presidente de la Cámara
Isidro Díaz-Bustamante se le va a encargar la importante labor de buscar un
local donde instalar “debidamente” a la Cámara de Comercio de Torrelavega que
por entonces estaba situada en el número 32 de la calle Consolación en un piso
alquilado. Se abre así, con este encargo, un expediente que comienza con la
búsqueda de un solar y que se cierra en 1929 con el traslado de la Cámara a su
nuevo emplazamiento en la Avenida Primo de Rivera en la Llama.[8]
Once años más tarde, en 1933, la
diabetes que padecía Manuel Trugeda Cayuso se agrava ocasionándole una
ulceración en una pierna que le provoca un empeoramiento manifiesto. Muere en
Torrelavega el día 18 de agosto de 1933 y está enterrado en el cementerio de La
Llama de Torrelavega.
Podemos leer su necrológica en El Cantábrico correspondiente al 19 de octubre de 1933: “Confortado con los Santos Sacramentos dejo de existir ayer en esta ciudad el culto convecino y particular amigo Don Manuel Trugeda Cayuso. Las simpatias de que gozaba el finado se pusieron de relieve en la conducción del cadáver al cementerio municipal, cuyo entierro constituyó una importante manifestación de duelo, en la que tomaron parte todas las clases sociales de la población y pueblos limítrofes. A su desconsuela esposa, doña Margarita María Miguel y Crisol, hijos Raimundo, Abel, Margarita, Ramón, Jose María y María Antonia, hermanas, les hacemos presente nuestro muy sentido pésame.
Para más información ver el libro " Los comienzos de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega" del mismo autor que este blog y editado en 2012.
Podemos leer su necrológica en El Cantábrico correspondiente al 19 de octubre de 1933: “Confortado con los Santos Sacramentos dejo de existir ayer en esta ciudad el culto convecino y particular amigo Don Manuel Trugeda Cayuso. Las simpatias de que gozaba el finado se pusieron de relieve en la conducción del cadáver al cementerio municipal, cuyo entierro constituyó una importante manifestación de duelo, en la que tomaron parte todas las clases sociales de la población y pueblos limítrofes. A su desconsuela esposa, doña Margarita María Miguel y Crisol, hijos Raimundo, Abel, Margarita, Ramón, Jose María y María Antonia, hermanas, les hacemos presente nuestro muy sentido pésame.
Para más información ver el libro " Los comienzos de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega" del mismo autor que este blog y editado en 2012.
[2] Ramón Miguel y Crisol fue
fundador de la Biblioteca Popular, del Banco de Torrelavega y del Círculo
Católico. Para más información véase el libro, donde tiene capítulo propio: El
Banco de Torrelavega, 1920/1942. Tomás Bustamante Gómez. Graficas Quinzaños,
2009, págs. 591-597.
[3]
Todas estudiarán magisterio en Burgos. Pilar se hizo religiosa de los
Sagrados Corazones y llegó a superiora, cargo que ocupó muchos años. Fue la
fundadora del colegio SS .CC. de Menéndez Pelayo en Santander. Las tres
restantes, Joséfina, Concha y Felisa, abrirán un colegio privado en la calle
Julián Ceballos de Torrelavega que se llamará “Colegio de la señoritas Miguel y
Crisol” y que estuvo abierto hasta su jubilación. Las tres permanecieron
solteras. Las cuatro hermanas sentían adoración por su hermano Ramón y, más
adelante, por su hijo Raimundo Miguel, abogado del Estado. (Este tendría un hijo
Ramón de Miguel y Egea que fue secretario de Estado para Asuntos Europeos en
los años 2000).
[4] Archivo
Municipal de Torrelavega. Expedientes apertura Industrias y Establecimientos
Lg. H282.
[5]
Escritura de compromiso Nº 16, 21 febrero 1913. Archivo Notaria Torrelavega.
[6] Libro de
actas. Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega. Actas abril y mayo 1913.
Actas noviembre 1921. Actas enero 1922.
[7] Acta 31
diciembre 1927. Archivo Cámara Comercio Torrelavega, página 53, segundo tomo.
[8] Sesión
de la Cámara de Comercio, 16 de octubre de1923. Archivo Cámara Comercio Torrelavega.
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