domingo, 25 de octubre de 2020

Federico Rodríguez Piró (1859-1931). Procurador y alcalde

 

Federico Rodríguez Piró con bastón de mando y la Cruz de Isabel la Católica

            Teresa Piró del Campo vivía con su marido, el alcaide Antonio Rodríguez Aenlle[1], en su casa de los arcos en la Plaza del Grano. Eran las tres menos cuarto de la mañana del día 19 de noviembre de 1859, cuando nace[2] su hijo Federico[3].

            Fue su tercer hijo. Antonio Rodríguez Aenlle[4] y Teresa Piró del Campo tuvieron diez hijos en total, siete varones y tres mujeres. Menos su primer hijo Baldomero, que nació en Reinosa, los nueve restantes lo hicieron en la casa de los Arcos, al lado de donde trabajaba su padre, la cárcel del partido judicial de Torrelavega de la que era su alcaide.

 

 

Bautismo de Federico Rodríguez Piró. Libro Bautizados Torrelavega (1859-1866), folio 33

                La antigua Plaza de la Iglesia, que en esta época se llamaba de los Granos, y que más adelante se denominará del Grano, es el lugar donde vivió Federico. Fue la primera plaza que se creó. Después aparecerán más, la Plaza Mayor, la Plazuela de la Cerda que posteriormente se denominó de los Chones[5], y por último la Plazuela del Sol[6] que se formó cuando se construyó la calle Consolación. Pero, ¿cómo era ese lugar donde nació Federico?

                La plaza del Grano estaba dibujada por la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, restos del castillo/palacio[7] de los señores de la Vega y la cárcel del partido judicial de Torrelavega. Allí tenía Julián Ceballos Campuzano[8] (1816-1876) un edificio emblemático que hoy todavía conserva su encanto.

            En 1882 cuando Federico contaba 22 años de edad, se casa[9] con María López Muñoz, cinco años más joven que él. La boda religiosa se celebró muy cerca de su casa, en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, el día 14 de enero. La novia, aunque nacida en Santander, era hija de Manuel López Oliveros y Bárbara Muñoz que eran naturales respectivamente de Villanueva de Oscos, provincia de Oviedo y de Pradejón[10], provincia de Logroño y vecinos de esta villa de Torrelavega. Ofició las ceremonias[11], desposorio y velación, el cura párroco de la iglesia Ceferino Calderón y Díaz. Tuvo el matrimonio ocho hijos, Federico (1882-1905), María (n.1884), María Fe (1885-1888), Esperanza[12] (1887-1954), Ernesto (1889-1937), Cesáreo (n.1890), Antonio (1892-1892) y Fe Sila (1899-1950).

 

Casa donde vivió Federico Rodríguez Piró al lado de la cárcel

            Pronto comenzó la formación de Federico hasta hacerse procurador de los tribunales. A los 24 años ingresa como Escribiente en el Ayuntamiento de Torrelavega y más adelante, en 1889, como oficial de la secretaría[13]. Además en su despacho, del que más adelante hablaré, gestionó una importante cartera se seguros de la compañía La Unión y el Fénix Español. Esta compañía también la trabajó Joaquín Ruiz de Villa y González-Campuzano[14].

            Federico Rodríguez Piró trabajó como Procurador de los tribunales durante más de veinticinco años hasta su marcha a Chile en 1915. Tuvo su despacho ubicado en varias calles de la ciudad. Comenzó[15] en los años ochenta del siglo XIX en la Plaza Mayor hasta que en 1905 abre despacho en la Plaza de los Chones. Durante los años 1907, 1908 y 1909, que Federico ocupará la alcaldía de la ciudad, instala su despacho como procurador en la casa de los Arcos en la Plaza del Grano. Es aquí mismo donde vivirá y tendrá su despacho de procurador hasta su viaje a Chile[16].

            Trabajó con varios notarios afincados en esta localidad. Entre ellos Nemesio Fernández Cuesta, Manuel Martínez-Conde, Carlos Fernández de la Fuente, Vicente Blanco Ruiz, José Sánchez Robledo y Mariano Muñoz Castaño, que además de Notario fue presidente de la Sociedad Gimnástica de Torrelavega[17].

            En 1892 Federico sufre una grave agresión. Él mismo nos lo relata en el escrito que envía, a mediados del mes de enero, al director del “periódico de intereses generales” El Fomento con el ruego de su publicación: Eran las 10 de la noche y hallándome en una de las puertas del “café Cántabro” con intención de entrar a tomar un vaso de leche, como costumbre, fui golpeado traidoramente por Guillelmo Nuñez, conocido como el “matón”, derribándome al suelo, del cual, y haciendo un esfuerzo, pude levantarme a pesar de haberse echado sobre mí, en cuyo momento y sacando una navaja de resorte y de grandes dimensiones trataba de herirme, pero visto por el sereno Santos González tocó el pito y salieron del café varias personas, quienes, convencidas del peligro que corría mi vida, le dieron dos o tres golpes a la vez, haciendo caer la navaja, evitando, sin género alguno de duda, mi muerte[18].

         Federico fue ascendiendo en su carrera profesional hasta ser nombrado “jefe de la administración civil”. Así lo recogió la prensa provincial a finales de 1896: “le fueron concedidos los honores de jefe de la administración civil, libres de gastos, a nuestro particular amigo Don Federico Rodríguez Piró, ilustrado procurador del Juzgado de Torrelavega”[19].

 

Federico Rodríguez Piró y sus amigos  del Partido Conservador.

                Políticamente fue conservador, ideología donde militó toda su vida. Cuando se dividió el Partido Conservador se situó al lado de su buen amigo Antonio Maura. En su casa se encontraba esta foto que siempre guardó con mucho cariño. Se la hicieron los miembros del Partido Conservador cuando su presidente, Antonio Maura, visitó Torrelavega. En ella aparecen personalidades del comercio, de la abogacía, de la industria, de los deportes, varios alcaldes y “propietarios acaudalados”. De izquierda a derecha encontramos a Quintín Mayora, Antonio Obregón, José Sánchez, Telesforo Mallavia, Joaquín Ruiz de Villa González-Campuzano[20], Carlos Arthaud, José Fernández Esteban, José Ruiz Abascal, Isidoro Ruiz de Villa, Julián Urbina Alegre, Manuel Ruiz Abascal, Federico Rodríguez Piró[21], Ignacio Igorri, Joaquín Hoyos, Jesús Velarde Ruiz de Villa, José Pereda Albisu, Hermilio Alcalde del Rio, Luciano Bilbao, Pedro Peña Seisdedos, Isidro Ruiz de Villa de la Sota, Juan Cacho Ruiz de Villa, Indalecio Eguren y Manuel Díaz-Bustamante Blanco[22]. Todas, personas relevantes en la historia de esta ciudad.

            Fue Federico uno de los políticos que más años fue concejal. Comenzó su andadura en el consistorio municipal en 1892 con 33 años. Estuvo representando a sus vecinos durante 23 años, 20 como concejal y tres como alcalde. Al dejar la alcaldía en 1909, siguió siendo concejal hasta 1914, un año antes de viajar a Chile. Su dedicación, experiencia y entrega a la tarea pública, aun estando en minoría, le llevó a que le nombraran alcalde de la ciudad. Dos años antes de este nombramiento fue el político más votado. Se presentó a las elecciones municipales[23] de 1905 y fue el político que más votos sacó, 226. Después se situó Pedro Saro con 175; al que siguieron Segundo Fernández con 170; Demetrio Herrero Proigas con 148; Luis Sánchez Ramos, con 144; José María Guerra con 128, y por último Benito Macho con 119.

            El día 17 de mayo de 1902 fue coronado Alfonso XIII como Rey de España, después de jurar la Constitución. Tenía 16 años, y atrás quedaba la tutela de su madre la regente María Cristina. Lo primero que hizo el joven rey fue un viaje por el norte de España, lo mismo que su madre había hecho en 1881. Era agosto de 1902 cuando el rey embarca a bordo del buque Urania, para hacer un recorrido que le llevaría a visitar Gijón, Oviedo, León, Santander, Pamplona, Vitoria y Burgos. En esas fechas Torrelavega estaba en fiestas, y su alcalde Florencio Ceruti y Castañeda, barón de Peramola[24], se encontraba pasando una temporada en Madrid, como era su costumbre. Le correspondió a Federico Rodríguez Piró, teniente de alcalde, la vara de mando de forma interina. La Mayordomía del Rey había programado una fecha para la visita del monarca a la ciudad, que cambió a última hora. La nueva fecha coincidía con la fiesta más importante del año, la de la Virgen Grande. Y el festejo que por entonces tenía más relevancia, las corridas de toros. Se había contratado para tales efemérides a la banda militar Andalucía que actuaba al día siguiente fuera de la provincia. Por lo tanto, si se cambiaba la visita del monarca no se podría contar con la actuación de esta banda. Cuenta José del Río Sainz, conocido bajo el seudónimo “Pick”, que Federico Rodríguez Piró envió un telegrama al Mayordomo Mayor del Palacio donde decía:

                Mayordomo Mayor Palacio. Fiestas de Torrelavega, días 14 al 17. Si S.M. se detiene día 15 en Torrelavega, programa destrozado. Música militar Andalucía, contratada, no vendrá de Santander. Perjuicios considerables. Ruégole no altere itinerario anterior. Alcalde.

        La polémica estaba servida. Las críticas, por otras opciones diferentes a su militancia, la conservadora, no se hicieron esperar. Parece ser, no confirmado en ningún sitio, que al Rey Alfonso XIII le hizo mucha gracia esta ocurrencia y sentenció: “Este de Torrelavega es por lo franco y lo claro otro alcalde de Zalamea”. Al día siguiente no había otro comentario en la ciudad que el telegrama remitido al Mayordomo de Palacio. Otros eran más beligerantes. “La nueva ciudad se lamenta de esta ligereza de su primera autoridad y la prensa torrelaveguense pide la destitución de concejal Sr. Piró”[25].

 

Café Cántabro.

             Los periódicos de la capital, La Atalaya[26] y El Cantábrico, no dejaban de enredar publicando aseveraciones que no eran ciertas[27]. No hemos podido verificar la certeza de este telegrama, porque en el Archivo de la Casa Real solo consta una mención a la comida que tuvo lugar en Santander a bordo del buque Urania, con la que obsequiaron las autoridades santanderinas a Su Majestad, y “no hay alusión a otras celebraciones, ni telegramas, ni nada por el estilo”[28]. Todo ocurrió el día 8 de agosto de 1902, cuando el alcalde en funciones, Federico Rodríguez Piró, envía un telegrama, no al Rey, sino al Mayordomo Mayor de Palacio que estaba en Oviedo acompañando a los Reyes. Enterado de todo ello Florencio Ceruti y Castañeda, suspendió su estancia en Madrid y se incorporó a la alcaldía de la ciudad lo más rápido que pudo. Es verdad, como recogen los periódicos de la capital, que el alcalde Florencio Ceruti y Castañeda volvió lo antes posible a Torrelavega. Pero también es verdad, y esto no se ha contado, que el día 11 de este mismo mes se reúne la permanente[29] presidida por el alcalde, barón de Peramola, donde Federico explica a sus compañeros lo ocurrido. Cinco días después, el día 16, se reúne la comisión subsidiaria municipal. En las dos reuniones “se aprueba el texto del telegrama cursado por unanimidad”[30]. Por lo tanto, no fue verdad lo publicado por algunos periódicos de la capital que decían: “El consistorio municipal desautorizó a Federico Rodríguez Piró”. Nadie le desautorizó. Explicó el munícipe Federico Rodríguez Piró en estas dos reuniones: “Que no pensó que aquel despacho tuviera el alcance y la resonancia, y mucho menos la significación, que algunos malintencionados han querido darle a este caso. Que el telegrama no se lo envió al Rey sino al Mayordomo Mayor de Palacio, para que este intercediera ante el soberano con objeto de cambiar el itinerario de regreso a Santander, por tener programado para ese día, dentro de las fiestas patronales, una corrida de toros”. Y abundaba, que “en otras ocasiones habían chocado las comisiones de festejos de Torrelavega y Santander, al programar las corridas de toros en las mismas fechas, como ha ocurrido ahora. Recordó un caso parecido que había sucedido hacía dos años con las fiestas del Milagro”. Insistió, “que lo que tenía que haber hecho Santander era haber retrasado las corridas de toros para otra fecha, porque las nuestras estaban anunciadas desde hacía un mes”. Tuvo duras palabras para la prensa y para sus enemigos “por defender los intereses del Pueblo”. Por último, se aprobó mandar telegramas al Rey, al Gobernador Civil, al Alcalde de Santander y todos contentos.

            Este “incidente” no empañó para nada la aceptación del político por sus vecinos, porque siguió siendo concejal, y años después elegido como alcalde para el periodo 1907/1909, siendo el concejal más votado. También se comentó que la familia Real no volvería a Torrelavega en muchos años por este incidente. Otro error manifiesto. En 1905 el Rey Alfonso XIII pasó por esta localidad para asistir a una cacería. A la ida, el pueblo y las autoridades salieron a recibirle. Ala vuelta paró unos minutos por habérsele hecho tarde en Santillana. En 1908 las infantas estuvieron en Torrelavega. La infanta Isabel donó a los pobres de solemnidad 950 pesetas, y 75 pesetas a la Sociedad Gimnástica[31] que hacía un año se había fundado. Meses después, el 16 de agosto de 1908, volvió el Rey Alfonso XIII a Torrelavega para asistir a la inauguración de Solvay y visitar Santillana del Mar. En todo momento estuvo acompañado por Federico Rodríguez Piró que era el alcalde. Y por último hay que recordar que Federico recibió la Medalla de Isabel la Católica “por su buen hacer en el Ayuntamiento”. El patriotismo y la rectitud política de Federico Rodríguez Piró queda de manifiesto en un suceso que se produjo en Chile. Allí estaba el sobrino de su majestad el Rey y el cónsul de España “que mando arriar la bandera de Cataluña e izar la Española. Este lamentable hecho provocó que el alcalde convoque a toda la corporación, el día 13 de noviembre de 1907, para celebrar una sesión donde se aprobó por unanimidad dirigirse al sobrino de su majestad el Rey apoyando la actitud del cónsul de España en Chile. Florencio Ceruti defendió en un patriótico discurso la actuación del cónsul. La Corporación municipal acordó, por unanimidad, mandar un telegrama al presidente del consejo de Ministros[32].          “Puedo decir, por haber leído su currículum vitae, que ha sido un buen ciudadano, un buen oficial Municipal, un buen concejal y un buen alcalde. Es muy interesante su vida, le gustaba discursear porque poseía una muy buena oratoria”. Esto es lo que dejó escrito sobre Federico Rodríguez Piró el admirado historiador local Cándido Román que compartía las tesis aquí expuestas. José del Río Sainz[33] definía a Federico Rodríguez Piró con las siguientes palabras: “Si mi memoria no me falla, Federico Rodríguez Piró era procurador de profesión y socialmente un hombre simpático, pero sobre todo un torrelaveguense cien por cien”. Y era verdad.

Inauguración de Solvay en 1908. Federico Rodríguez Piró, con el Rey y el director de la fábrica Paul Albín.

             Años después, desde Chile y en 1915, Federico le envía una carta a su amigo José del Río Sainz “Pick”: “Yo supongo, don José, que usted me recordará; pero si la memoria le fuera infiel le diré que soy el Alcalde que hubo en Torrelavega por los años 907, 908 y 909, y a quien honra usted con su amistad. Le escribo desde San Fernando donde estoy pasando unos días con una hija; pero mi residencia es en Rengo, en esta República”.

            En los primeros días del mes de febrero de 1907, se recibió en el Ayuntamiento un telegrama del ministro de la Gobernación del gobierno de España, Juan de la Cierva y Peñafiel, nombrando a Federico Rodríguez Piró alcalde de Torrelavega. Le sobraban merecimientos. Era un experto en temas municipales, un gran conocedor de la mecánica administrativa, no en vano fue concejal en este Ayuntamiento durante más de 20 años. No solo hasta este año porque después de dejar la alcaldía volvió a ser munícipe. Estaba en minoría, pero “su inquebrantable voluntad y buenos deseos le harán salir triunfante, aunque sus últimas batallas municipales quizá le dificulten su gestión, pues los republicanos no olvidarán tan pronto las grandes sacudidas que de él recibieron”[34].

 

Cruz Isabel la Católica concedida a Federico Rodríguez Piró

                Al día siguiente de la toma de posesión los principales periódicos de la provincia recogen la noticia. Trascribimos lo que subrayaba La Atalaya al día siguiente del pleno en que tomó posesión: “A las tres de la tarde del día 7 de febrero se celebró el pleno de la corporación municipal, que en sesión extraordinaria, dio posesión al nuevo alcalde Federico Rodríguez Piró. Presidió el acto el primer teniente de alcalde Sr. Alcalde Herrero, el cual después de aprobada el acta de la sesión anterior, hizo entrega de la “vara de mando” al nuevo alcalde, deseándole acierto en el desempeño del cargo. Inmediatamente, ya desde el sillón presidencial y empuñando la vara de mando, tomó la palabra y dijo a los allí presentes:

                Pobres y ricos, amigos y enemigos, encontrarán en mi la misma acogida cuando en demanda de justicia vengan, y en esta casa, todos, absolutamente todos, desde el alcalde al último empleado recibirán por igual a cuantos se acerquen en solicitud de algo relacionado con los asuntos municipales y que puedan interesarles. Ínterin desempeñe este cargo todos mis desvelos y entusiasmos los dedicaré a dar cima a las tres cuestiones de verdadera importancia para el municipio y para el pueblo: la traída de agua, afortunadamente ya casi terminada, el mercado cerrado y el saneamiento del Sorravides. Yo espero, con los buenos deseos que me animan y vuestro valioso concurso dar cima a estos proyectos de verdadera necesidad para la población[35].

             Después de estas palabras se levantó la sesión, y un numeroso grupo de familiares y amigos del alcalde pasaron al salón de sesiones, donde se celebraba el pleno, para darle la enhorabuena y felicitarle personalmente. El nuevo regidor los obsequió a los allí presentes “con pastas y licores” de gran tradición en esta ciudad.

 

Federico Rodríguez Piró recibe al Rey Alfonso XIII en 1908

            Fueron tres años de gestión[36] intensa que hemos comprobado con la lectura de todas las Actas Municipales correspondientes a estos años hasta llegar al fin del mandato como alcalde de Federico Rodríguez Piró.

            Antes de abandonar el salón de plenos y dar posesión a la nueva Corporación toma la palabra para formalizar un discurso de despedida: Afirma que “en el informe que ha solicitado al contador se ve a las claras la escasez de recursos de que ha dispuesto en su mandato y también el fiel reflejo del balance económico en que deja el Consistorio. Afirma que desea que conste en acta la más expresiva gratitud a todos los concejales que han asistido a las sesiones por la ayuda que siempre le han prestado. Así mismo agradece a los concejales por haberse olvidado de toda clase de ideas políticas estando a su lado para resolver las cuestiones planteadas. La nueva Corporación agradece las gestiones realizadas por el alcalde que siempre han sido claras y procede que conste en acta un voto de gracia para el señor alcalde saliente. Y el Ayuntamiento lo acuerda por unanimidad”. Allí estaban, además de Federico, Florencio Ceruti y Castañeda, Macho Mesones, Guerra Alcalde, Laso Sierra, Manso Ruiz, Jesús Sanchez Ramos, Fernández Gutierrez y Velarde Zabala[37].

            En el Consistorio Municipal se recibió una comunicación del Gobernador Civil de la provincia en la que se da traslado de la Real orden del 24 de junio por la que se nombra presidente alcalde de este Ayuntamiento a Don Julián Urbina y Alegre[38]. “Una vez constituida la nueva Corporación, por unanimidad, da un voto de gracia a Federico Rodríguez Piró por su gestión. Federico Rodríguez Piró abandona la alcaldía, no el Ayuntamiento porque seguirá siendo concejal, el día uno de julio de 1909 con un encendido discurso, lo mismo que hizo el día de su toma de posesión. No en vano era un gran orador.

            Años después, el día 17 de febrero de 1911, fallece el suegro de Federico Rodríguez Piró. Era el padre de su esposa María que le cuidaba con mucho esmero. “Después de una larga y penosa enfermedad entregó su alma a Dios, el viernes último, don Manuel López Prieto, a los 80 años. Reciban su hija doña María y el esposo de esta don Federico Rodríguez Piró ex alcalde de Torrelavega, a cuyos solícitos cuidados filiales estaba encomendada la asistencia del buen anciano, el más sentido pésame, acompañando a nuestros amigos, sus hijos, y demás familia en su natural dolor”[39].

           Cuatro años después, en 1915, embarcará a Chile. Le espera un retiro feliz rodeado de su familia y de sus nietos que todavía no conoce. Federico Rodríguez Piró no fue un emigrante normal. No viaja como lo hizo su hermano Aquiles[40]. Que con tan solo 14 años parte en busca de un futuro mejor. Viaja a Chile por otros motivos. En Torrelavega disfrutaba de una buena posición social con importantes amistades en la sociedad de aquella época. “Tenían un buen pasar, educación y buenas costumbres”[41]. No tenía ninguna necesidad y si muchos años, 56. Entonces, ¿por qué viajó al País Andino?

             Es muy probable que viajara pensando en que sería por poco tiempo. O por lo menos esa fue su idea porque embarcó con muy poco equipaje. Allí estaba su hija Esperanza y ya habían nacido sus dos primeros nietos, Juan y Esperanza Eléxpuru Rodríguez. Además su hijo mayor, Ernesto Rodríguez López (1889-1937), era un industrial de éxito en San Fernando y su hermano Aquiles Rodríguez Piró (1868- 1949) ya hacía años que disfrutaba de una posición económica privilegiada. De los ocho hijos que tienen Federico y María cinco, María Luisa, Ernesto, Esperanza, Fe Sila y Cesáreo se van a vivir a Chile. Dos de ellos, Federico y Antonio habían fallecido y estaban enterrados en el cementerio de Geloria[42] de Torrelavega. Y su hija pequeña, María Fe, se va con sus padres a Chile. ¿Para qué iba a volver Federico? ¿Quién le esperaba en Torrelavega?

            Cuentan que el viaje no fue nada agradable, la travesía fue difícil y peligrosa. Cuando embarcó es posible que en un principio su idea fuera la de retornar a Torrelavega, si no ¿por qué llevo tan poco equipaje? Por otra parte no hay que olvidar que su carrera política en el partido Conservador había concluido. Se habían celebrado nuevas elecciones y los vientos políticos predominantes eran otros. Toda su familia, hijos y hermanos, vivían en Chile, y sus nietos también. Solo permaneció en Torrelavega su hermana Cándida[43].

 

Vapor Cataluña

            Viaja Federico con su mujer María y su hija pequeña Fe Sila (1899-1950) que por entonces ya estaba viuda, desde Torrelavega a Rengo donde vivía su hija Esperanza felizmente casada. Más adelante se trasladará a vivir a San Fernando, donde su hijo Ernesto tiene un importante negocio mayorista. Es probable que Federico invirtiera en el negocio de su hijo y decidiera quedarse definitivamente en ese país. Por otra parte, siempre escuché en mi casa[44] que Federico “estaba cansado de que sus amigos le pidieran constantemente ayuda por su posición social”. Por todo ello, nos decantamos por la idea de que Federico busco un feliz retiro cerca de toda su familia instalada en Chile.

             Existían varias formas de viajar al nuevo continente desde el puerto de Santander. La Compañía Trasatlántica tenía dos líneas, una a Cuba y otra a Méjico. Además ofrecía una línea al Rio de la Plata. Salía de Santander rumbo a Cádiz donde hacían trasbordo y viajaban con destino a Montevideo o Buenos Aires. Los consignatarios eran “Hijos de Ángel Pérez y Compañía” que atracaban en el muelle número 36 del puerto de Santander. Esta empresa santanderina era agente consignatario en este puerto de Santander de la Compañía Trasatlántica Española. También operaba la Compañía del Pacifico, que atracaba en el muelle número 41, y contaba con un servicio de vapores correos entre Santander y América del Sur. Recalaban en Buenos Aires, Montevideo, Bahía Blanca, Port-Madryn, Punta Arenas, Corral, Talcahuano, Valparaíso, Antofagasta, Tocopilla y Callao. Los consignatarios de la naviera eran Hermanos Basterrechea. Y por último, en el muelle 32 operaban Vapores Correos Franceses con dirección a Veracruz y La Habana que regentaban los Hermanos Vial.

              Sabemos que Federico y su familia embarcaron en Santander el día 1 de diciembre de 1915, en el Vapor Cataluña. El periódico diario El Cantábrico correspondiente al día 1 de diciembre de 1915 nos comenta la noticia: “Procedente de Bilbao recaló ayer mañana en este puerto de Santander el trasatlántico de servicio auxiliar de la Compañía Española “Cataluña”, que manda el capitán Sr. Pérez Vizcaíno, para tomar la carga, entre la que figuraban algunas campanas de bronce de gran tamaño, atracó al muelle nuevo. También tomó el pasaje para la línea de Buenos Aires. En la lista de pasajeros de cámara embarcados se encuentra el ex alcalde de Torrelavega, señor Rodríguez Piró, a quien acompaña su familia. A despedir a dicho señor vinieron de la vecina ciudad de Torrelavega numerosas personas, entre ellas el Alcalde y otras autoridades. El “Cataluña” zarpó para Coruña a última hora de la tarde”.

                Una vez en La Coruña embarcaron en el buque vapor Infanta Isabel de Borbón Con destino a Buenos Aires, Argentina. Después tuvieron que cruzar el temible estrecho de Magallanes. Desembarcaron en Talcahuano. De ahí por tierra a Temuco hasta llegar a Rengo. El tiempo de pasaje se redujo a la mitad con respecto al mes que tardó su hermano Aquiles, que se trasladó a Barcelona para embarcar hacía Chile. Este mismo viaje fue el que hicieron los torrelaveguenses Juan Bautista Ugarte, su mujer Amparo Fernández-Vallejo y sus dos hijas Amparo y María.

            El Infanta Isabel era un vapor correo que mandó construir la naviera “Pinillos, Izquierdo y Compañía” a los astilleros ingleses de Russell & CO, para dar servicio a los países de América del sur. En 1913, una vez finalizada su construcción, es entregado a la naviera uno de los mejores buques de pasajeros de la época, El Infanta Isabel de Borbón, para atender la línea a Buenos Aires y Montevideo. Tenía 10.400 toneladas con 156 metros de eslora y eran movidos por tres hélices y llevaban 1.500 pasajeros y 300 tripulantes.

                Como hemos visto, 1915 va a ser un año importante en la vida de Federico. En el mes de mayo, María, su mujer, va a enfermar, aunque sin mucha importancia. De todo ello da cuenta la prensa local: “La esposa del procurador Federico Rodríguez Piró se restablece de una enfermedad que la ha aquejado”. Esta noticia la podemos leer en semanario El Liberal Montañés correspondiente al día veinte de mayo de 1915. Meses más tarde Federico tiene listo su viaje a Chile. Antes de su marcha le fue tributado en Torrelavega un homenaje “a este político muy querido por sus convecinos”. En el número 121 de la revista ilustrada Torrelavega Grafica correspondiente al día 15 de diciembre de 1915 podemos leer: “Acompañado de su señora e hija embarcó días pasados para Chile, nuestro particular amigo, Federico Rodríguez Piró que fue objeto de una despedida por sus amigos, los políticos. Deseamos que encuentren sin novedad a su familia residente en aquellas tierras lejanas”.

            Cuando parte Federico, Torrelavega todavía no era la segunda ciudad de la provincia. Contaba con tan solo 9.574 habitantes y su presupuesto municipal ascendía a 200.905 pesetas frente a los 12.463 habitantes que tenía Castro-Urdiales con un presupuesto de 372.898. Y por encima de todas ellas, y a gran distancia, se encontraba la capital con un presupuesto municipal de 2.450.228 pesetas y con 65.046 habitantes.

 

Vapor Infanta Isabel de Borbón

            Federico, María y Fe Sila llegaron a Chile un día antes de la Nochebuena de 1915. Sabemos esta información porque así consta en los archivos de la Fundación de Emigrantes de Chile[45], en donde podemos leer: “El Señor Federico Rodríguez Piro arribó, a los 56 años, de estado civil casado, a bordo del vapor Infanta Isabel de Borbón procedente de Santander el 23 de Diciembre de 1915”. Su viaje termina en Rengo en la casa de su querida hija Esperanza y es allí donde pasan las Navidades disfrutando por primera vez de sus nietos Juan y Esperanza de corta edad.

           También el historiador Pablo del Río Gatoó en su libro Torrelavega en su Historia[46], recoge el viaje de Federico: “Federico Rodríguez Piró fue elegido alcalde el 7 de Febrero de 1907 hasta el 30 de junio de 1909. Más tarde, en 1915, con 56 años, embarcó junto a su mujer y una de sus hijas a Chile donde fijo su residencia buscando el calor del hogar de una hija, y allí murió”.

         Antes de viajar a Chile, Federico recibió “sinceras manifestaciones de afecto con motivo de las noticias recibidas de sus hijos que residen en Chile”[47]. Acababa de nacer el primer hijo de su hija Esperanza. Era verano del mes de junio de 1915, un grupo de amigos de Federico y compañeros del partido conservador le obsequiaron con un banquete con motivo de su viaje a Chile. A los postres, y al descorcharse el champan, hicieron uso de la palabra muchos de estos políticos. “El señor Piró, muy emocionado, dio las gracias a todos los reunidos por esta demostración de afecto que le tributaban, prometiendo volver pronto para ocupar de nuevo el puesto de honor que el partido le había asignado”[48]. Está claro que la intención de Federico era volver y ocupar el puesto de honor que le habían reservado en el  partido conservador. Antes de levantarse, se dio lectura a un telegrama que le envió el joven diputado provincial Florencio Ceruti Fernández. Hay que recordar que para entonces su padre, buen amigo de Federico, ya había fallecido. Se terminó el acto dando vivas al conde de Torreanaz y Ruano y al partido conservador.

            Más adelante, cuando se acercaba el día de partir hubo más homenajes. El popular ex alcalde recibió “un espontaneo y sincero homenaje” de sus amistades, que quisieron despedirse de él y mostrarle todo su afecto. Federico, que entre sus cualidades destacaba la de su gran valía y la de ser un hombre modesto, en un principio, lo rechazó. Solo lo aceptó cuando los organizadores le prometieron que se trataba de una cena íntima, toda vez que iba a emprender un largo viaje a Chile “reclamado por asuntos particulares de gran importancia”. Y por último los representantes a Cortes por la provincia de Santander, diputados conde de Mansilla y Juan José Ruano de la Sota[49], también le homenajearon “porque como nadie supieron apreciar su labor fecunda y provechosa en bien de la prosperidad de Torrelavega”[50]. Vinieron desde Madrid con el objeto de presidir el homenaje el sábado día 27 de octubre de 1915.

            Estuvo Federico 16 años en Chile[51], desde su llegada en los últimos días de 1915 hasta su fallecimiento en 1931, de una dolorosa enfermedad. Fueron años felices que pasó entre Rengo y San Fernando, en casa de sus hijos Esperanza, Ernesto y Fe Sila y rodeado de todos sus nietos.

            Federico José Rodríguez Piró “de profesión Industrial y nacionalidad Española” falleció[52] el día 24 de diciembre de 1931 a los 72 años de edad en San Fernando, Chile. Era la una de la mañana del día de Nochebuena, y hacía 16 años y un día que había llegado a Chile procedente de Torrelavega. Su mujer, María López Muñoz, fallece[53] cuatro años más tarde, el día 5 de junio de 1935, cuando contaba 71 años. Fue enterrado en el Mausoleo Español del Cementerio de San Fernando. Más adelante, la familia traslada a este mismo cementerio los restos de su hermano Aquiles Rodríguez Piró, que falleció dieciocho años después. “A nuestro padre le sepultamos junto a nuestra madre en el primer piso. En cambio, a tío Aquiles le enterramos un piso más arriba junto a su esposa María Silva”. Se da la circunstancia que aunque Ernesto Rodríguez López, su hijo, fue un activo dirigente de la colonia española en San Fernando, fundador del Centro Español en 1918 y además presidente del Rotary Club, no está sepultado en el Mausoleo Español del Cementerio de San Fernando, sino a un costado en espacios generales. Dentro del Mausoleo Español del Cementerio de San Fernando están sepultados unos 450/500 miembros de la colonia española. En la actualidad se siguen sepultando, pero solo en los espacios que ya están asignados a sus socios. Es costumbre que cada 12 de octubre, la Colonia Española realice una ceremonia en recuerdo a todos los fallecidos que están sepultados en ese lugar. Bajo las banderas Chilena y Española se forma marcialmente a los bomberos de la Bomba Chile-España, otra antigua institución española de servicio voluntario a la comunidad, rindiéndoles un homenaje con ofrendas de flores.

Tumba de Federico Rodríguez Piró y María López Muñoz. Cementerio de San Fernando. Chile

                Los periódicos de España y Chile recogen ampliamente el fallecimiento de Federico. El periódico El Cantábrico correspondiente al día 13 de enero de 1832 recoge el óbito:

                Una carta recibida por vía avión nos ha traído la triste noticia del fallecimiento en San Fernando (Chile), de D. Federico Rodríguez Piró, querido torrelaveguense, que disfrutó en esta ciudad de innumerables y solidas amistades, sobresaliendo en la vida política y profesional como hombre de gran actividad y talento. Fue un experto procurador de los Tribunales, que trabajaba aquí una enormidad, y de su paso por el Ayuntamiento como concejal y alcalde ¿qué vamos a decir que no esté en la mente de los que presenciaron aquellas etapas en las que Piró demostró su temperamento de luchador y su amor al pueblo? Estamos seguros de interpretar el sentir de sus muchos e incondicionales amigos de esta población al consignar que todos tienen el gran sentimiento de que D. Federico Rodríguez Piró no haya fallecido en “su” Torrelavega querido, para de este modo haberle acompañado en manifestación a la última morada. Pero el señor Piró, arrastrado por el cariño de los hijos, no vaciló en abandonar la madre patria, aunque con la esperanza de volver a España a vivir los últimos días de su vida. No ha sido así. Ahora, que en la población chilena donde residía, puede decirse que han sabido interpretar los sentimientos de los torrelaveguenses amigos del finado.

            También un importante diario de San Fernando, Chile, recuerda a Federico y a su familia y le dedica una necrológica:

            “Don Federico Rodríguez Piró falleció el 24 de diciembre de 1931. Ha bajado a la tumba, después de prolongada y cruel enfermedad, el distinguido caballero, miembro de la Colonia española de esta, señor Federico Rodríguez Piró, que por sus relevantes méritos, por sus antecedentes personales y por su refinada cultura y clara inteligencia, era una honra y prestigio de la colectividad española. Oriundo de Torrelavega, ciudad de España, donde desempeñó los altos cargos de regidor-alcalde y jefe de prestigiosas instituciones sociales, supo captarse generales simpatías, llegando a ser una personalidad política y social. Por sus grandes servicios, prestados a la patria, la Corte de España le otorgó la honrosa condecoración de Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, reliquia que está en poder de la familia. En sus actividades personales y mediante su trabajo tesonero y honrado, consiguió una respetable situación económica, como representante de grandes firma e instituciones comerciales. Buscando un legítimo descanso a su ímproba labor, y más que esto, atraído por el afecto a sus hijos, se trasladó a Chile en el año 1915, en compañía de su digna esposa. Las autoridades y sociedad de su pueblo le despidieron con cariñosas manifestaciones, y la Prensa le dedicó honrosos y merecidos artículos, lamentando su ausencia. Permaneció algún tiempo en Santiago, después en Rengo, pasando sus últimos años en nuestro pueblo, donde le sorprendió la muerte a la respetable edad de 72 años.

                Deja en Chile a la compañera de su vida y cinco hijos, de los cuales conocemos de cerca a dos de ellos: D. Ernesto Rodríguez, prestigioso industrial y comerciante, que se ha distinguido por su espíritu progresista, cooperando en forma eficaz en toda obra que signifique progreso y bienestar para el pueblo. Ha ocupado destacados puestos en todas las instituciones, con fines generosos y altruistas. En los grandes movimientos populares o fiestas nacionales, ha representado dignamente a España, llamando la atención por su brillante oratoria. En suma, un digno émulo de su señor padre. D. Cesáreo Rodríguez, un artista de verdad. Le vimos actuar con brillo en veladas artísticas y literarias de beneficencia en nuestro Teatro Municipal, donde cosechó entusiastas aplausos por su brillante actuación, digna de figurar en compañías de mérito. Después le hemos visto actuar en la ingrata tarea del periodismo, donde le conocimos su acerada y bien templada pluma. Hoy sabemos que es un prestigioso industrial, avecindado en Concepción. Sus tres hijas son distinguidas damas, que han formado en Chile dignísimos hogares”.

            Los funerales de Federico tuvieron lugar el día de Navidad, en la mañana del 25 de diciembre, concurriendo a ellos un selecto cortejo, en el que estaban representadas las autoridades, toda la Colonia española, importantes comerciantes, instituciones sociales y numeroso público en general. Muchas fueron las condolencias que recibió su familia. En Chile: su mujer María, sus hijos María, Ernesto, Esperanza, Cesáreo y Fe; sus hijos políticos y su hermano Aquiles, residente también en Chile. En Torrelavega: su hermana Cándida[54], viuda de Isaac Gómez[55], respetable convecina nuestra; sus hijos, sobrinos de Federico, Pablo, Isaac[56], José y Eleuterio Gómez, y demás familia.

 

Cementerio de San Fernando de Chile. Mausoleo Español

            Su viuda se fue a vivir a Rengo a casa de su hija Esperanza. Desde donde responde a todas las cartas de condolencias que había recibido por la muerte de su marido. Escribe a José Ruiz Abascal[57], que fue alcalde de Torrelavega, y a José Fernández Esteban para que desde El Cantábrico “notifiquen a todos los amigos que tenía en la Montaña su fallecido esposo, que no les ha enviado tarjetas de defunción ante el justificadísimo temor de incurrir en alguna omisión involuntaria y lamentable”[58]. Solamente se dio cuenta a su familia de Torrelavega y al ilustre Sr. D. Ramón Fernández-Hontoria, conde de Torreanaz[59], presidente del Partido Conservador.

Para más información ver el libro publicado por el autor de este Blog: Federico Rodríguez Piró. De Flandes a Chile. Artes Gráficas Quinzaños, 2019

 

                                                                                         

 



[1][1] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2019/12/antonio-rodriguez-aenlle-1826-1881.html

[2] Libro Bautizados Torrelavega (1859-1866), folio 33.

[3] Hermano de la bisabuela del autor de esta biografía.

[4] En otros documentos Pereira y en otros Gómez.

[5] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2015/02/alberto-velarde-blanco1876-1950-la.html

[6] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2019/05/historia-de-la-casa-desantiago-sanudo.html

[7] Bustamante Gómez, Tomás y Fernández-Regatillo Ruiz, Amparo; El cementerio de Geloria en el siglo XIX. Tomo I. Artes Gráficas Quinzaños, 2016, páginas 17 a la 20.

[8] Rico hacendado, militar y alcalde. Ver https://www.torrelavegaantigua.com

/2015/10/julian-ceballos-y-campuzano-1816-1876_10.html

[9] Libro Matrimonios Torrelavega (1835-1891), página 153 y 154 vto.

[10] En algunos documentos sacramentales dice: natural de Calahorra.

[11] Fueron sus padrinos Salustiano Bielba y Eufemia Gutiérrez, vecinos de esta Villa.

[12] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2016/05/esperanza-rodriguez-lopez-1887-1954-de.html

[13] El Boletín Oficial de la Provincia de Santander, correspondiente al día 11 de marzo de 1889.

[14] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2018/09/joaquin-ruiz-de-villagonzalez.html

[15] Archivo Histórico Provincial Cantabria. Protocolos Notariales. Notario: Carlos Fernández de la Puente. Constitución de la sociedad. 30 junio 1888, signatura 7117. Disolución de la sociedad. 6 junio 1895.

[16] Matrículas y Padrones de la contribución Industrial y comercial, 1835/1914, Archivo Municipal Torrelavega, legajo H 426; 1.

[17] Bustamante Gómez, Tomás; Sociedad Gimnástica de Torrelavega 1907-1920. Artes Gráficas Quinzaños, 2007.

[18] El Fomento correspondiente al 16 de enero 1892.

[19] La Atalaya correspondiente al 8 diciembre 1896.

[20] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2018/09/joaquin-ruiz-de-villa-gonzalez.html

[21] Bustamante Gómez, Tomás; Federico Rodríguez Piró. De Flandes a Chile. Gráficas Quinzaños, 2019.

[22] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2013/10/isidro-diaz-bustamante-blanco.html

[23] El Correo de Cantabria correspondiente a noviembre 1905.

[24] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2013/09/florencio-ceruti-y-castaneda-baron-de.html

[25] El Correo de Cantabria, correspondiente al 15 agosto 1902.

[26] De tendencia liberal. Era propiedad y fue su director el torrelaveguense Román Gervasio Herrero.

[27] Ver Atalaya del  14 agosto 1902 y El Cantábrico correspondiente al 14 y 15 agosto 1902.

[28] Esto fue lo que nos comunicó la responsable del Archivo de la Casa Real. Signatura Reinados, Alfonso XIII, Caja 8736, exp. 3.

[29] Lo que hoy sería la comisión de gobierno.

[30] Archivo Municipal Torrelavega. Libro de Actas correspondiente a estos días.

[31] Bustamante Gómez, Tomás; Sociedad Gimnástica de Torrelavega, 1907-1920.

2007, Artes Gráficas Quinzaños.

[32] Archivo Municipal Torrelavega. Se sesión municipal 13 noviembre 1907.

[33] José del Río Sainz (1884-1964) fue periodista y director de La Voz de Cantabria. Según su compañero José Ramón Saiz “alabó siempre el florecimiento cultural de Torrelavega y mantuvo una estrecha vinculación y amistad con los elementos locales que propiciaron la Biblioteca Popular a partir de 1927”.

[34] La Atalaya correspondiente al 6 febrero 1907.

[35] La Atalaya correspondiente al 8 febrero 1907.

[36] Para comprobar toda su gestión ver de la página 58 a la 89 del libro Bustamante Gómez, Tomás; Federico Rodríguez Piró. De Flandes a Chile. Artes gráficas Quinzaños, 2019.

[37] Archivo Municipal Torrelavega. Acta municipal 1 julio 1909.

[38] Archivo Municipal Torrelavega. Acta municipal 1 julio 1909.

[39] El Impulsor, 19 febrero 1911.

[40] Ver https://www.torrelavegaantigua.com/2015/06/aquiles-rodriguez-piro-1868-1949.html

[41] Nos comentan varios descendientes suyo de Chile.

[42] Bustamante Gómez, Tomás y Fernández-Regatillo Ruiz, Amparo; El cementerio de Geloria en el siglo XIX. Artes Gráficas Quinzaños, 2016.

[43] Bisabuela del autor de esta biografía.

[44] Me lo contó mii madre Carmen Gómez Blázquez.

[45] Fundación Emigran&Chile.

[46] Imprenta Quinzaños, 1986, Torrelavega, página 118.

[47] La Atalaya correspondiente al 12 abril 1914.

[48] La Atalaya correspondiente a junio 1915.

[49] Ministro de Hacienda durante el reinado de Alfonso XIII.

[50] La Atalaya correspondiente al 24 noviembre 1915.

[51][51] Para más información sobre este periodo ver: Bustamante Gómez, Tomás; Federico Rodríguez Piró. De Flandes a Chile. Gráficas Quinzaños, 2019.

[52] Neoplasia pulmonar. Registro de Defunciones de San Fernando, nº 1. 1931, página 72.

[53] Acetonemia. Registro Defunciones de San Fernando, nº 1. 1935, página 323.

[54] Bisabuela del autor de esta biografía..

[55] Bisabuelo del autor de esta biografía.

[56] Abuelo del autor de esta biografía.

[57] José Ruiz Abascal fue alcalde de Torrelavega desde el 15 de febrero de 1930 hasta el 16 de abril de este mismo año. Propietario y promotor de los edificios que se encuentran en la Avenida Menéndez Pelayo de Torrelavega. Antes de ser alcalde participó en las negociaciones con Luciano Demetrio Herrero para adquirir el palacio donde posteriormente se alojará el Ayuntamiento de Torrelavega en el Boulevard.

[58] El Cantábrico correspondiente al 31 enero 1932.

[59] Ramón Fernández-Hontoria de la Hoz, II Conde de Torreanaz. Heredó el título en 1901. Era hijo de Remigio Fernández Hontoria Fernández-Barreda y Laura de la Hoz García de la Cotera.

3 comentarios:

  1. Trabajo de enorme envergadura . Mi felicitación una vez más . Sigue siendo un gran placer leerte .

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    1. Muchísimas gracias por su comentario.
      Podría saber quien lo escribe....
      Un saludo.
      Tomás Bustamante Gómez

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  2. Tomás, como siempre un gusto saber de ti. Los datos sobre Fed. Rodríguez Piró indican que tengo una serie de parientes extra de los que nada sabía y aquí mismo en Chile. La familia crece, qué le vamos a hacer. Muy interesantes los datos sobre la política local y las posiciones de algunos parientes. De mi abuelo Pablo Gómez Rodríguez te puedo contar que siempre fue un republicano convencido, aunque rasgos de conservadurismo no faltan en otros miembros de la familia.


    un afectuoso saludo
    Juan Pablo Gómez Margulis

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