Mantenía el médico forense de Torrelavega Bernardo Velarde una buena amistad con el escritor y filosofo Miguel de Unamuno (1864-1936). Esta relación hizó que pasara algún verano descansando en la finca que tenía el galeno en Tanos. Allí se celebraron, tambíen, importantes reuniones de los republicanos. La foto da cuenta de una de esas visitas del pensador en 1930. Aparece descansando en un confortable sillón Miguel de Unamuno, a sus pies el niño Bernardo Velarde. Con gafas y traje negro Bernardo Velarde, a su derecha Fidel Ramón Palacio y por último el perro Barry. A la muerte del fiel perro Barry, Don Miguel le dedicó unos hermosos versosl: Descansa en paz mi pobre compañero/descansa en paz, más grande/ la suerte de tu Dios que no la tuya/ Los dioses mueren cuando muere el perro/ que le lamió las manos/ que le miró a los ojos/ y al mirarle así le preguntaba/?a dónde vamos?.
jueves, 5 de abril de 2012
Miguel de Unamuno en Torrelavega
Mantenía el médico forense de Torrelavega Bernardo Velarde una buena amistad con el escritor y filosofo Miguel de Unamuno (1864-1936). Esta relación hizó que pasara algún verano descansando en la finca que tenía el galeno en Tanos. Allí se celebraron, tambíen, importantes reuniones de los republicanos. La foto da cuenta de una de esas visitas del pensador en 1930. Aparece descansando en un confortable sillón Miguel de Unamuno, a sus pies el niño Bernardo Velarde. Con gafas y traje negro Bernardo Velarde, a su derecha Fidel Ramón Palacio y por último el perro Barry. A la muerte del fiel perro Barry, Don Miguel le dedicó unos hermosos versosl: Descansa en paz mi pobre compañero/descansa en paz, más grande/ la suerte de tu Dios que no la tuya/ Los dioses mueren cuando muere el perro/ que le lamió las manos/ que le miró a los ojos/ y al mirarle así le preguntaba/?a dónde vamos?.